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NAYAF, Irak (AFP).- Un acuerdo para poner fin a los combates en la ciudad santa de Nayaf (centro) se produjo este jueves entre el gran ayatolá Alí Sistani, figura moderada del Islam chiíta, y el jefe radical chiíta Moqtada Sadr.
Moqtada Sadr «aceptó las condiciones» impuestas por Ali Sistani, indicó el portavoz de este último, Hamed Jaffaf.
La iniciativa del gran ayatolá estipula «el desarme de las ciudades de Nayaf y Kufa y la partida de todos los elementos armados de estas dos ciudades», afirmó Jaffaf a la cadena de televisión satelital Al-Arabiya.
El acuerdo prevé que «la policía iraquí tome a cargo la responsabilidad de la seguridad y del mantenimiento del orden en Nayaf y Kufa y la partida de las fuerzas estadounidenses de estas dos ciudades», agregó.
En su plan, el ayatolá Sistani quiere que «el gobierno iraquí indemnice a todas las personas afectadas por los últimos combates».
El gran ayatolá Alí Sistani, figura moderada del islam chiíta, llegó el jueves a Nayaf donde se decretó un alto el fuego unas horas después del baño de sangre registrado a la entrada de la ciudad santa, así como en la locacidad vecina de Kufa, que dejó 74 muertos y 376 heridos.
La multitud que se congregó al paso del dignatario chiíta desde que salió a primera hora de Basora (sur) espera que éste traiga la paz a Nayaf, donde los partidarios del clérigo radical Moqtada Sadr se enfrentan a las fuerzas iraquíes y al ejército estadounidense desde el 5 de agosto.
El ayatolá, de 73 años, que se encuentra «en buena salud pero cansado por su viaje», según el jefe de la policía local, se instaló en su casa en el este de la ciudad y no ha querido hablar con nadie, después de pasar tres semanas en Londres por razones de salud.
Tan pronto como llegó a Nayaf, sus representantes se pusieron en contacto con los del clérigo rebelde para «evitar a la ciudad santa la destrucción», declaró Hamed Jaffaf.
Al mismo tiempo entró en vigor el alto el fuego. El primer ministro iraquí, Iyad Allawi, «ordenó el cese de todas las operaciones militares durante 24 horas» a partir de las 11h00 GMT y el ejército estadounidense confirmó la suspensión de su ofensiva militar para permitir la negociaciones de paz.
El primer ministro también propuso una amnistía a «todos los milicianos que quieran la paz», así como la protección a Moqtada Sadr «si decide abandonar el combate armado».
Pero si el ejército del Mehdi no entra en razón, empleará una solución militar, advirtió.
Durante la mañana Guardias Nacionales abrieron fuego contra los manifestantes partidarios de Moqtada Sadr que querían entrar en Nayaf procedentes de Diwaniya (50 km al este de Nayaf) y de Kufa (a una decena de km), donde la mezquita también fue blanco de tiros de mortero.
En total, 74 personas perdieron la vida y 376 resultaron heridas, anunció un responsable del ministerio iraquí de Salud.
Por otra parte, un soldado estadounidense murió el miércoles en un ataque de mortero en Bagdad, anunció el jueves la Fuerza Multinacional. Con éste son ya 722 los soldados muertos en combate desde abril del 2003, según cifras del Pentágono.
Asimismo, ocho oleoductos fueron dañados por una explosión el miércoles en el sur de Irak, a 20 km al suroeste de Basora.
A pesar de ello, el precio del petróleo bajaba este jueves. Hacia las 11h30 GMT, el barril de Brent para entrega en octubre en Londres retrocedía 58 centavos, a 40,10 dólares.
En el frente deportivo, el equipo iraquí de fútbol se preparaba para el encuentro, este viernes en Salónica, contra Italia, por la medalla de bronce en los Juegos Olímpicos.
Este encuentro ha alcanzado una dimensión simbólica pues coincide con la expiración del plazo concedido a Roma por un grupo islamista para que se retire de Irak. De lo contrario decapitará al periodista italiano Enzo Baldoni.
El jefe de la diplomacia italiana, Franco Frattini, afirmó el miércoles por la noche que su país está dispuesto a retirarse de Irak «incluso mañana, si el gobierno de Allawi nos lo pide».
En este sentido, la cancillería polaca anunció que responsables militares de una treintena de países con tropas en Irak se reunirán los días 2 y 3 de septiembre en Varsovia para decidir el futuro.
El grupo clandestino que tiene secuestrados desde hace más de un mes a tres indios, tres keniatas y un egipcio anunció el jueves su intención de liberarlos si la compañía kuwaití para la que trabajan se compromete públicamente a retirarse de Irak.
