Sistema de orquestas infantiles y juveniles

Sistema de orquestas infantiles y juveniles

POR MARÍA DE FÁTIMA GERALDES
A Rafael Villanueva,
In memoriam

“La Música Clásica es un tesoro, el cual debe ser preservado como el oro del Rhin, custodiado con celo,  su popularización  hará que pierda  brillo,  cual moneda de oro al andar de mano en mano… “

Eran las preocupaciones de finales del siglo XX  de  los estudiantes de música clásica en Viena sobre el destino de la misma. Nuestro futuro  profesional en la música era sombrío; Rafael Villanueva, brillante intelectual, director de orquesta y visionario, reflexionaba desde entonces sobre la  realidad del músico académico del siglo XXI: “una suerte de curador de museo, custodio de las obras maestras musicales cual caballero armado  del santo grial”.

Cuan impactado estaría nuestro amigo Rafael, ido a destiempo, de ver el surgimiento desde nuestra Latinoamérica, en Venezuela, propiamente, un proyecto –El Sistema- que ha echado por tierra todos los avatares que se venían venir sobre todas éstas grises expectativas. Una verdadera resurrección en la música sinfónica ha estremecido los viejos cimientos de instituciones  europeas, hasta hacerles cuestionar sobre los arcaicos programas de estudios de Conservatorios y prestigiosos Centros Académicos.

En agosto del presente año, tuvimos el privilegio de ser invitados por el secretario general  de las Jeunesses Musicales Alemania, Dr. Ulrich Wuster, a presenciar  en Weikersheim, Alemania, el estreno de la Opera Cenerentola de Rossini, en moderna producción realizada en el  Palacio Hohenlohe.

Enorme  fue nuestra sorpresa al ver que la orquesta  de la ópera la componían jóvenes y niños que oscilaban entre 12 y 17 años de edad, así como sorprendente era la calidad y perfección del sonido de la orquesta, el respeto absoluto del estilo e inigualable la pureza y afinación de las cuerdas, además de espléndido despliegue  de sonido de los vientos.

Desde Alemania sentíamos el clamor hacía ese nuevo modo de abordar la música clásica: el viejo repertorio en manos de espíritus nuevos. Ahí comprendimos que el futuro de la música no estaba perdido, estábamos presenciando una verdadera metamorfosis donde la partitura era reproducida por infantes y jóvenes sin el cansancio de viejos clichés interpretativos, a través de concepciones frescas y sin patrones preconcebidos.

¿De dónde parten estas iniciativas, dónde se origina éste entusiasmo?  Nos preguntábamos……el mismo Ulrich Wuster nos respondía con gran emotividad sobre la gira de conciertos que se efectuaría éste verano en todo el territorio alemán, en los más importantes teatros y salas de conciertos, de la orquesta juvenil Simón Bolívar de Venezuela.

Inmediatamente nos mostró el programa que ellos auspiciarían, y la lista de los simposios que se efectuarían en cada ciudad alemana visitada por la orquesta; en especial, nos llamó la atención el simposio que se efectuaría en Essen : “Cuestionamiento de la Educación Musical Alemana”: como aligerar la pesada carga de años para conseguir un diploma , cómo evitar la deserción estudiantil y qué podrían –las instituciones de enseñanza musical alemanas- tomar y aprender del –Sistema de Orquestas de Venezuela- . Mi satisfacción fue enorme, sabiendo lo difícil que es penetrar el fuerte temperamento teutónico y hacer cambios en programas de  estudios con tradiciones de siglos.

Me cuestioné entonces, sobre la realidad musical dominicana, y todo lo que podríamos aprovechar del Sistema Venezolano.

En el ámbito de la música clásica la experiencia venezolana es el faro que alumbra a nivel mundial la esperanza de continuidad que todos debemos aprovechar.

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