Hoy 
Con el llamado a clases, fijado para mañana, se marca además el inicio de un año de gran intensidad en la vida social y política del país, en el que la docencia tendrá que convivir con amenazas a sus horas de clases y, por ende, al cumplimiento del calendario.
La etapa más intensa del periodo de campaña electoral, la celebración de elecciones presidenciales y de la nueva directiva de la Asociación Dominicana de Profesores (ADP), son algunos de los retos que enfrentarán las escuelas durante los próximos meses.
A esto se agrega el descontento manifestado por decenas de seccionales del gremio profesoral, que amenazaron con no iniciar las clases hasta tanto se les garantice un aumento considerable de salarios y una solución a la crisis de servicios de la ARSSemma.
Frente a la situación, la ministra de Educación Josefina Pimentel, confesó sentirse optimista y esperanzada en que el año escolar marchará bien, y adelantó que las autoridades se han concentrado en tomar medidas para garantizar que no se pierdan días de clases, el año presenta desafíos, pero eso a veces nos enfoca más, expresó.
Año intenso. Los próximos meses en las escuelas del país serán de gran intensidad para las autoridades educativas y el personal docente, quienes tienen en sus manos la tarea de salvar los contenidos del año aún con el riesgo de la inminente pérdida de horas de clases.
El hecho de que en los planteles educativos públicos y privados funcionen centros de votación, tanto en las elecciones presidenciales como en las de la ADP, provocaría temor de que se interrumpa la docencia. Esto se debe a la integración de los maestros a la campaña, de ambos comicios, participando en reuniones, asambleas y hasta mítines.
Como nuevo ingrediente, este año escolar las autoridades de Educación se proponen iniciar un plan piloto de jornada única en 20 centros educativos diseminados por todo el país, los cuales laborarán en horario de 8:00 a.m. 4:00 a.m.
Las autoridades deben garantizar desayuno, merienda y almuerzo para los alumnos de esos centros.
Los retos del año escolar adquieren una dimensión distinta cuando se colocan en perspectiva el año lectivo pasado, en que se tuvo que extender el calendario escolar por varias semanas para enfrentar la gran cantidad de horas perdidas.
Otros desafíos para la gestión educativa son: la entrega del Desayuno Escolar, que el año pasado atravesó una amplia crisis provocada por sucesivas intoxicaciones, y que este año introducirá a la dieta galletas dulces y saladas, y una fruta, que se cree será el guineo.
La calidad educativa se mantiene como una de las principales barreras para el brillo de la gestión educativa, ya que las pruebas nacionales e internacionales siguen colocando a los estudiantes dominicanos en los últimos puestos.
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Llamado a padres
La ministra de Educación, Josefina Pimentel, extendió un llamado de exhortación a los padres para que envíen a sus hijos temprano a las aulas, para asegurar que se pierda la menor cantidad de horas de docencia posibles. Recordó que, debido a las situaciones externas que intervendrán en el año escolar, es bueno que se asegure que los alumnos se integren temprano a las aulas y que los padres participen activamente.
Compra útiles
En víspera de la apertura del año escolar, varias tiendas lucían repletas de padres y madres que buscaban materiales educativos con la recurrente queja de los altos precios y la mala calidad de los productos en oferta.
En el caso de los tejidos y cuadernos, los precios están más asequibles. Sin embargo en cuanto a los calzados y los libros de texto, los padres se quejaban de que eran muy costosos.
Los uniformes, o sea poloshirt, falda y pantalones, podrían ser adquiridos desde alrededor de RD$200 por pieza. Mientras que los libros de asignaturas básicas casi todas las editoras los vendían alrededor de RD$800. Otros libros de materias complementarias costaban entre RD$350 a RD$600
Los calzados tenían precios variados, pero los de marcas reconocidas y de mayor durabilidad costaban un mínimo de RD$1,000.
Mil Jiménez, madre soltera de una niña, mientras cotejaba los precios con su lista de útiles del colegio, alegaba que todo estaba más caro que el pasado año escolar. Dijo que esperaría una feria que organizaría el centro donde estudia su hija para encontrar mejores precios.
En tanto que Rafael Acosta, padre de cuatro hijos que estudian en un colegio, rebuscaba entre los precios de los calzados y aunque reconocía la diversidad de precios y de modelos, le preocupaba la calidad, puesto que los estudiantes necesitan zapatos resistentes por su uso diario. Mientras que Emilio Gómez tenía que gastar cerca de RD$5,000 en libros para su hijo que estudia el tercer grado. A esto se suman los demás artículos. Gómez dijo que por suerte su otra hija estudiaba en un liceo público donde le aportan los libros.
