Un niño con promedio alto baja de forma alarmante el último trimestre del ciclo lectivo pasado, justo a inicios de la pandemia, y como esto no es tomado en cuenta por el cuerpo docente, el bajón puede ser arrastrado hasta final de este año escolar. Por eso, profesores demandan reformas serias y un grupo de padres pide la vuelta a las aulas.
Laura Peña tiene cuatro niños que aún no asimilan la metodología y esto queda reflejado en sus calificaciones y en su estado de ánimo. Asegura que su testimonio desnuda la realidad de muchos hogares y apoya un retorno prudente al aula.
Para el profesor Hermes de Paula esta es una de las pruebas irrefutables de que más que nunca el sistema educativo requiere una sacudida, rediseño de la evaluación y revisión de enseñanza-aprendizaje.
Valora que el currículo esté adaptado al estudiantado y no al revés ni copiado de otros países, más en estos momentos en los que el ambiente no es propicio para aprender y el mayor estímulo a los alumnos es el apoyo de su maestro, escucharlos, ser junto al departamento de Orientación, una “guía espiritual”.
“Aunque la covid-19 nos ha tomado de sorpresa, es innegable que los acelerados cambios sociales demandaban nuevas formas de enseñar y aprender”.
Cita la pertinencia de erradicar la creencia de los docentes de que es mejor quien memoriza mayor número de conceptos y procedimientos, aunque no sea capaz de aplicarlos al análisis, interpretación y solución de problemas reales.
De Paula recuerda que es el facilitador como experto en procesos pedagógicos quien debe formarse constantemente, para que vía la innovación y la socialización pueda orientar al resto de la comunidad educativa, resaltar siempre la importancia de ese “learn to learn” que plantea John Dewey.
Todo mentiras. Critica que la pasada gestión del Ministerio de Educación promoviera que el país estaba preparado para dejar atrás la escuela de la tinta y el papel, cuando en la práctica “sabíamos que no era así”.
Consciente en que son innovadores los nuevos esquemas para la evaluación mediante los indicadores de logros, pero advierte que una cosa es copiar y aplicar y otra es crear a través de ensayo y error.
Por esto, aduce que la poca capacidad de síntesis y desconocimiento de enseñanza en entornos virtuales tanto de los maestros como de sus capacitadores, dejan bien claro que si no hay cambios no habrá buenos resultados para los alumnos, que han demostrado sus habilidades para el manejo de la tecnología, pero no han podido aprovecharla para aprender.
De Paula sustenta que la gestión educativa dominicana nunca ha reflexionado sobre ¿cómo aprenden nuestros estudiantes? El currículo siempre ha sido una adaptación de los diseños que quizás han dado resultados en otros países, pero que no por eso debe tener aquí lo mismos efectos.
“Por otro lado, tenemos una comunidad educativa cuyos miembros conservan una mentalidad decadente: padres que creen que sus hijos deben aprender de la misma forma y con los mismos recursos que ellos. Estudiantes que no han logrado tomar el control y el discernimiento de contenidos en una sociedad saturada de información”.