Sistema electoral necesita revisión

Sistema electoral necesita revisión

WASHINGTON (EFE).- La decisión del demócrata John Kerry de tirar la toalla ha alejado el fantasma de un fiasco similar al del 2000, pero los expertos creen que el sistema electoral de EEUU necesita una revisión a fondo, aunque es difícil de cambiar.

   «Los estados considerados campos de batalla han tenido un protagonismo exagerado en estos comicios», opinó Steve Ross, experto en estadística y ex profesor de la Universidad de Columbia.

   La relevancia obedece al sistema de representación indirecta basado en el Colegio Electoral que concede un peso significativo a los estados más pequeños. 

   Además, el candidato que gane en un estado determinado, aunque sea por estrecho margen, se hace con todos los votos electorales del estado en cuestión.

   Y es que, como destacó a EFE Matthew Baum, profesor de ciencias políticas de la Universidad de California en Los Angeles (UCLA), en este sistema no reina la lógica de «una persona, un voto», sino que quien consiga unos cuantos votos populares más, se lleva los votos electorales del estado.

   Con el Colegio Electoral, diseñado en 1787, los Padres Fundadores querían evitar que los estados más poblados dejaran sin voz a los más pequeños, algo que creían ocurriría si se instauraba una democracia directa y proporcional.

   Pero lo que ocurre en un «país tan polarizado» es que «estados como California o Texas han pasado desapercibidos en esta campaña ya que sus preferencias electorales (demócrata el primero y republicano el segundo) están muy claras», señaló Ross a EFE.

   Los votantes de zonas rurales como Ohio, Wisconsin o Iowa han sido los más cortejados en estas elecciones en detrimento de los habitantes de las más de tres docenas de estados no considerados campos de batalla.

   Los estrategas políticos reconocen que el actual sistema electoral lanza a los candidatos a llevar a cabo peculiares campañas.

   Recientemente, al final de un viaje de George W. Bush en Dubuque, Iowa, varios periodistas preguntaron a Karl Rove, el principal asesor de Bush, si hubiera viajado a esta irrelevante localidad de Iowa si el presidente, en vez de ser elegido por voto electoral, lo fuera por voto popular.

   Y Rove fue sincero al reconocer que, desde luego, ni hubiera ido a Dubuque, ni estaría recorriendo en autobús zonas rurales de Wisconsin.

    Si las cosas fueran de otra forma, reconoció, «los candidatos volarían a Nueva York, los Angeles y a aquellos centros en los que pudieran alcanzar el mayor número de votantes».

   Sin embargo, Rove no cree que haya que cambiar el sistema y más bien alaba las ventajas del Colegio Electoral que fuerza a los candidatos a la presidencia a hacer campaña en localidades rurales.

   Pero las preferencias del principal asesor político de Bush no cuentan con el respaldo de la mayoría de la población. Más de la mitad de los estadounidenses respalda un sistema basado en el voto popular, según la firma de sondeos Gallup.

   Sin embargo, los expertos creen que las preferencias populares serán muy difíciles de llevar a la práctica.

   «Es imposible que haya una reforma», aseguró a EFE Arthur Lupia, profesor de ciencias políticas de la Universidad de Michigan.

   Lupia indicó que la reforma «implicaría una enmienda constitucional que requiere el respaldo de tres cuartas partes de los legisladores» de los estados.

   Y los representantes de los estados pequeños, jamás permitirían que eso progresara porque «cambiaría un sistema que ahora les beneficia».

   Lo que sí es viable, según Lupia, es «hacer un mejor uso de los avances tecnológicos para acelerar el proceso electoral».

   Ross coincide en señalar la «dificultad» de una enmienda constitucional y apunta que la solución podría estar en el sistema adoptado por estados como Maine y Nebraska.

   En ambos estados, el candidato con mayor número de sufragios se hace con dos votos electorales y el resto – dos en Maine y tres en Nebraska-  se entregan en función del «sistema de distritos», que considera ganador al candidato con mayor voto popular en cada distrito electoral.

   Según Ross, si este sistema ganara terreno, los demócratas podrían obtener más votos electorales en los estados del sur.

   Y si el sistema fuera proporcional, según Martin P. Wattenberg, profesor de la Universidad de California en Irvine, «habría nuevos partidos que representaran directamente los intereses de grupos como la gente de color o los latinos».

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