El sistema público de pensiones español es uno de los más generosos de Europa en términos de cuantía de la prestación en relación al último salario percibido en la empresa (en torno al 80%). Un reflejo de esta realidad es la heterogeneidad en la implicación de esta partida en el presupuesto de las diferentes economías del euro.
En la última década, el incremento del gasto en pensiones tanto en la Unión Europea como en la zona euro se sitúa en torno al 27%, mientras que en España el aumento es del 40%, casi el doble que los países vecinos.
Según una publicación del diario español El Economista, son varios los factores que responden a este fenómeno como los diferentes sistemas de revalorización de las pensiones públicas -en España están vinculadas al IPC mientras que en otros países se tienen en cuenta otros elementos como el avance de los salarios o del PIB- o los métodos de cálculo de las mismas, así como sus cuantías iniciales.
El principal componente del sistema que aparece comprometido por esta senda de gasto es la sostenibilidad financiera del mismo.
Según plantea el profesor de EAE Juan Carlos Higueras en el estudio Los sistemas de pensiones a nivel mundial, la sostenibilidad de un sistema de pensiones se enfoca en el análisis de la cobertura del sistema a largo plazo, la deuda o pasivos que supone para el Gobierno, la longevidad y su impacto en la tasa de la dependencia, y aspectos demográficos como la edad de jubilación.
En términos de sostenibilidad, según el Índice Global de Pensiones por países de Mercer que recoge el estudio, el país con mayor valoración en sostenibilidad es Dinamarca (82,0) y el peor Argentina (31,9).
En el caso de España, mejora el valor de la media en adecuación, de 70,0, y se sitúa cercano a ella en integridad con un 69,1; pero en sostenibilidad alcanza un valor de 26,9, por debajo de países como Turquía (27,1), Argentina (31,9), Japón (32,2), China (36,7) o Tailandia (38,8). «España se encuentra muy alejada y en situación de elevado riesgo en cuanto a la sostenibilidad a medio y largo plazo del sistema, sólo por delante de países como Italia (19,0) y Austria (22,9)», matiza el profesor de EAE sobre este punto.
El autor del informe Higueras concluye en este sentido que «en los próximos años el ahorro previsional privado de los individuos durante su vida laboral tendrá una mayor importancia para poder mantener el nivel de vida en la jubilación similar al que se tenía en los años previos a la misma».
Higueras señala «la importancia de la diversificación de las fuentes de financiación de la pensión, donde no se puede depender exclusivamente del sistema público».
Asimismo, añade que «cada vez son más numerosos los países que reforman sus sistemas de pensiones basándose en esquemas mixtos público-privados donde el Estado tiene menor grado de financiación a costa del sector privado, que deberá ser quien marque la diferencia entre las pensiones cobradas por los jubilados de la misma generación, mientras que el Estado debe proporcionar una pensión básica a todos los ciudadanos que les permita tener un nivel de vida digno».