Sistema salud: deshumanizado

Sistema salud: deshumanizado

POR ALTAGRACIA ORTIZ G.
A pesar de años de prédica sobre la humanización de los servicios de salud en clínicas y hospitales de la República Dominicana, los pacientes siguen siendo tratados como un número de expediente, no se respeta su tiempo y las citas se cambian por cualquier motivo.

Los médicos no son evaluados, la sobrepoblación de pacientes, la pobreza de los empleados que laboran en los centros de salud y la falta de educación doméstica para informar a los usuarios de los servicios de salud son parte de los que a diario viven las personas que  visitan un centro asistencial.

Al tema se refirieron los doctores Milton Cordero,  Paulino Díaz y Pablo Wagner, quienes coinciden en que es necesario hacer mayores aportes para recuperar al médico y al sistema de salud.

A la gente no se le da información en los centros de salud, los pacientes o usuarios tampoco conocen sus derechos y los servicios se brindan como si fueran una dádiva.

En salud no se sanciona a los que cometen faltas, el personal se nombra por  habilidades políticas, criticó el doctor Cordero. En ese sentido, mencionó el nivel de politización con que se decidió recientemente el destino de las unidades de atención primaria.

Aunque se hace más evidente en los centros de  salud público, el maltrato al paciente en todo el sentido de la palabra tiene que ver con el sistema.

“Es que el sistema de salud se ve como un negocio y eso está vinculado al desarrollo de la sociedad. Se ha perdido el concepto de servicio”, lamentó el doctor Cordero.

Recientemente a una persona que murió en un hospital, en menos de una hora, empleados de seguridad y otras áreas  saquearon sus pertenencias.

A juicio del doctor Cordero, es necesario que el personal de salud estudie antropología y bioética. Que sepan que es una profesión para trabajar con personas, con seres humanos. “Es que las enfermedades quienes las padecen son los seres humanos”.

 Para que haya un proceso de deshumanización en los servicios de salud se conjugan una serie de factores, el médico, el personal de asistencia, la pobreza de los que trabajan en los centros, los bajos salarios y el sistema en su conjunto forman parte del actual modelo.

“El médico garabatea un pedazo de papel que la persona no entiende, si la persona está en cama, el médico dice este es el tumor tal, cuando ese ser humano enfermo tiene un nombre”, sostuvo Cordero.

En el país está prohibido que los familiares de las personas enfermas permanezcan en las salas y habitaciones, cuando la tendencia en el mundo es que los familiares acompañen a sus seres queridos. Ese aspecto también fue analizado por los doctores dominicanos.

“El todas partes del mundo el ser humano necesita apoyo emocional y por lo general esa compañía la  da  un familiar o ser querido”, indicó.

Tanto Cordero como Díaz y Wagner coinciden en que el ser humano no es una enfermedad, es una persona que necesita apoyo y ayuda.

Los hospitales que mayor cantidad de pacientes concentran son las maternidades La Altagracia, San Lorenzo, Luis Eduardo Aybar, Darío Contreras, Francisco Moscoso Puello y José María Cabral y Báez.

Los tres médicos coinciden en que falta saber y asimilar en salud los conceptos de bioética y derechos humanos.

El nivel educativo de los estudiantes universitarios es muy bajo, admite el doctor Cordero, quien critica la falta de recursos que tienen las universidades.

En el país no hay evaluación para los médicos y aunque se aprobó la recertificación, ni el Colegio Médico Dominicano ni la Secretaría de Salud Pública dan un paso para lograr ese modelo.

MILTON CORDERO

Este experto en el sistema de salud ha sido un crítico de la deshumanización de los servicios de salud. Piensa que ha fallado la carrera de medicina. Dijo que el médico debe ser recertificado, es decir evaluado.

“La persona es el centro del proceso, el paciente necesita ser visto como parte de un proceso, un ser con antecedentes individuales, social y comunitario”, expresó Cordero.

 Asegura que con frecuencia se observan procesos de despersonalización que van desde la desinformación hasta la negación de derechos.

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