Hoy 
Más que absurdas comparaciones de estadísticas de este y otros países sobre índices de criminalidad, el país necesita acciones concretas para atacar por todos los flancos este fenómeno social.
En ese contexto, crea expectativa la reunión del Consejo Nacional de Seguridad Democrática convocada por el Presidente Leonel Fernández para cuando regrese de su gira por el exterior. También la crea la reunión de ayer del procurador general Radhamés Jiménez Peña con los fiscales del país, el jefes de la Policía Nacional y el presidente de la DNCD, para coordinar estrategias contra la delincuencia.
El país no puede distraerse en hacer comparaciones de índices de criminalidad entre países del área, ni conformarse con declaraciones de incompetencia para preservar la seguridad ciudadana.
Está claro que la inseguridad no es una simple percepción. Los atentados contra civiles, policías y militares, los asaltos generalizados y otros actos de delincuencia tienen al ciudadano sitiado y hastiado, y la falta de acciones efectivas de la autoridad ha inducido a la gente a tomar la justicia en sus manos.
Se necesita que estas reuniones y coordinaciones permitan crear garantías de seguridad verdadera, que sustituyan el discurso por hechos concretos contra la criminalidad y la escandalosa reincidencia fruto de la impunidad.
Más allá de toda percepción
El doctor Sergio Sarita Valdez, viceministro de Salud Pública y encargado de Medicina Forense, ha denunciado que en el Instituto de Patología Forense se pudren los cadáveres por falta de refrigeradores. La afirmación obliga a considerar que es insuficiente el apoyo oficial que recibe este instituto, de enorme utilidad para conducir toda investigación criminal.
Pero, inevitablemente, también nos obliga a considerar que la alta demanda de servicio a que está sometido el instituto desborda su capacidad de trabajo y en ello tiene que ver el alto índice de violencia homicida. Es un dato a tomar en cuenta por los que tienen predilección por tratar de ocultar la gravedad del problema de la criminalidad.
Es necesario poner al Instituto de Patología Forense en condiciones que le permitan hacer su valioso trabajo. Y trazar políticas para aminorar la demanda de servicio a que está sometido, y cuyas causas todos conocemos.
