Situación del SIDA en América Latina y el Caribe

Situación del SIDA en América Latina y el Caribe

Actualmente, son más de dos millones las personas que viven con el VIH en América Latina y el Caribe, incluidas las aproximadamente 200.000 que contrajeron el VIH el año pasado. Al menos 100.000 personas murieron de SIDA en el mismo periodo, el más alto número de víctimas mortales a escala regional después de África subsahariana y Asia.

El VIH/SIDA está muy arraigado en esta región, donde la prevalencia nacional del VIH es de al menos el 1 por ciento en 12 países, todos pertenecientes a la cuenca del Caribe.

Las estimaciones nacionales más recientes han puesto de manifiesto que la prevalencia del VIH entre mujeres embarazadas alcanza o supera el 2 por ciento en seis de dichos países: Bahamas, Belice, República Dominicana, Guyana, Haití y Trinidad y Tobago.

Por el contrario, la mayoría de los demás países de la región presentan epidemias altamente concentradas, especialmente en América del Sur, donde Brasil (sin duda alguna el país más poblado de toda la región) tiene a la gran mayoría de personas que viven con el VIH América Latina y el Caribe.

[b]LOS MODELOS DE TRANSMISIÓN[/b]

En la región se están observando modelos epidemiológicos característicos. En la mayoría de los países, todos los principales modos de transmisión coexisten en medio de importantes niveles de comportamientos de riesgo; por ejemplo: un inicio de la actividad sexual precoz, las relaciones sexuales sin protección con parejas múltiples, y el uso de material de inyección no estéril.

En la mayor parte de los países sudamericanos, el VIH está transmitiéndose básicamente por medio del consumo de drogas intravenosas y las relaciones sexuales entre varones (con la subsiguiente transmisión heterosexual a otras parejas sexuales), mientras que en América Central, la mayoría de las infecciones por el VIH parecen producirse por transmisión sexual (tanto heterosexual como entre varones).

En el Caribe, predomina la transmisión heterosexual (y, en muchos casos, asociada al comercio sexual), aunque en Haití, la grave epidemia, que no remite, está ahora muy presente en el conjunto de la población. Una excepción digna de mención la encontramos en Puerto Rico, donde el consumo de drogas intravenosas parece ser el principal transmisor de la epidemia.

Dos de las epidemias más graves de la región son las de la isla La Española (Haití y República Dominicana). En Haití, con el indicador de salud y otros indicadores de desarrollo más bajos de toda la región, los males se ven dramáticamente agravados por la epidemia de VIH, que, según las estimaciones, se cobra 30.000 vidas por año y ha dejado ya huérfanos a unos 200.000 niños.

Los niveles de prevalencia nacional del VIH en Haití se han mantenido en el 5-6 por ciento desde finales de los años 80. No están claros los factores que contribuyen a esta evidente estabilización de la prevalencia nacional, si bien hay que señalar que la vigilancia centinela ha demostrado que los niveles de prevalencia del VIH varían de modo espectacular (desde el elevado porcentaje del 13 por ciento en el noroeste hasta el 2-3 por ciento en el sur, a lo largo de la frontera con la República Dominicana). Con un 60 por ciento de la población menor de 24 años, es muy probable que en Haití se produzca un renovado aumento de la epidemia, principalmente por transmisión heterosexual. La utilización del preservativo es muy baja entre los jóvenes, pese al hecho evidente de que el conocimiento sobre el VIH/SIDA es relativamente alto (si bien más entre los varones que entre las mujeres).

[b]REPÚBLICA DOMINICANA[/b]

Más al este, en República Dominicana, los esfuerzos de prevención realizados en los últimos años parecen haber estabilizado la prevalencia del VIH entre la población de 15-24 años en Santo Domingo, la capital del país.

Tras haber alcanzado, en la capital, el 3 por ciento en 1995, la prevalencia del VIH entre las mujeres embarazadas de ese grupo de edad ha disminuido a menos del uno por ciento. Entre los factores de esta reducción parecen figurar el mayor uso del preservativo y la disminución del número de parejas sexuales.

No obstante, la situación parece ser diferente en otras ciudades, donde entre las profesionales del sexo se ha registrado una elevada prevalencia del VIH de 12 por ciento, lo cual indica que es necesario aumentar y sostener los esfuerzos de prevención. Por otra parte, poco es lo que se sabe de las pautas del VIH entre los varones que tienen relaciones sexuales con varones, aspecto de potencial importancia en la epidemia de este país.

[b]LA EPIDEMIA EN AMÉRICA CENTRAL[/b]

En América central, la prevalencia nacional del VIH ronda el 1 por ciento en Guatemala, Honduras y Panamá. Los nuevos datos procedentes de un estudio internacional sobre la prevalencia del VIH indican que esta prevalencia en los profesionales del sexo varía de modo significativo: de menos del 1 por ciento en Nicaragua, el 2 por ciento en Panamá, el 4 por ciento en El Salvador y el 5 por ciento en Guatemala, a más del 10 por ciento en Honduras.

La prevalencia del VIH entre los varones que tienen relaciones sexuales con varones ha resultado igualmente alta en dichos países, desde el 9 por ciento en Nicaragua al 18 por ciento en El Salvador. Estas conclusiones ponen de relieve la necesidad de aportar más recursos y esfuerzos para hacer frente a la epidemia entre los profesionales del sexo y los varones que tienen relaciones sexuales con varones.

En Colombia y el Perú, la propagación del VIH se concentra principalmente entre los varones que tienen relaciones sexuales con varones. En Bogotá se ha informado recientemente de que en ese grupo de población la prevalencia del VIH es del 18 por ciento, mientras que otra encuesta realizada en la misma ciudad mostró un uso sistemático del preservativo muy bajo en dicho grupo.

Aunque en el Brasil la epidemia se ha propagado de los principales centros urbanos a municipios más pequeños de todo el país, la prevalencia mediana del VIH entre mujeres embarazadas que acuden a dispensarios prenatales se ha mantenido por debajo del uno por ciento, con una escasa variación durante los últimos cinco años.

[b]VENCER LA EPIDEMIA[/b]

Será imposible vencer la epidemia hasta que los países no se avengan a las razones ocultas aunque extendidas del consumo de drogas intravenosas y las relaciones sexuales entre varones. Estigmatizar y negar estos comportamientos sólo puede avivar la silenciosa propagación de la epidemia que ya se ha iniciado en esta región. En la actualidad, falta información suficiente acerca de grupos vulnerables que pueda proporcionar mejores datos para la elaboración de programas del VIH/SIDA.

Unos mejores datos epidemiológicos y sobre comportamientos, junto con una movilización social y política reforzada en el ámbito del SIDA, pueden incentivar las respuestas necesarias para hacer frente a las realidades de la epidemia.

En esta región, la respuesta se intensificó a lo largo del pasado año, especialmente en los países más afectados. La proporción de pacientes que necesitan y reciben tratamiento antirretroviral en la región varía muchísimo, y si en algunos países la cobertura es de menos del 25 por ciento, en otros supera el 75 por ciento.

En términos generales, se ha estimado que el tratamiento antirretrovírico se administra a casi la mitad de los pacientes que lo necesitan. Sin embargo, varias iniciativas subregionales están aumentando las posibilidades de un mayor acceso en algunos países, incluidos Bahamas, Barbados y Honduras.

Diversos países han aumentado sus presupuestos nacionales para el VIH/SIDA, mientras que en los países de América central y el Caribe, y en comparación con las cifras de hace tres años, los recursos externos para el SIDA se han multiplicado prácticamente por cuatro.

No obstante, el estigma y la discriminación siguen siendo dos importantes obstáculos. Un reciente análisis del gasto nacional destinado al SIDA (realizado por el proyecto SIDALAC, con el apoyo del ONUSIDA), ha puesto de manifiesto, por ejemplo, que la inversión en actividades de prevención y atención dirigidas a las poblaciones más vulnerables (como los varones que tienen relaciones sexuales con varones y los profesionales del sexo) no está todavía a la altura de la importancia que estos grupos tienen en la epidemia. La discriminación parece ser la causa principal de esta tendencia. (Informe ONUSIDA 2003)

[b]SUMARIO MUNDIAL DE LA EPIDEMIA DE SIDA[/b]

[b]Personas viviendo con VIH[/b]]

40 millones (37millones de adultos y 2.5 millones de niños menores de 15 años)

[b]Nuevas infecciones en 2003[/b]

5 millones (4.2 millones de adultos y 700, 000 niños menores de 15 años)

[b]Muertes por SIDA en el 2003[/b]

3 millones (2.5 millones de adultos y 500, 000 niños menores de 15 años)

[b]SITUACION DEL VIH/SIDA EN REPUBLICA DOMINICANA[/b]

Porcentaje de adultos infectados con VIH: 2.4

Número de adultos viviendo con VIH: 126,000

Número de niños menores de 5 años con VIH: 6,800

Número acumulado de muertes por SIDA desde el inicio de la epidemia: 34,050

Sistema de Vigilancia Epidemiológica de DIGECITSS

Publicaciones Relacionadas

Más leídas