Situación demuestra que Brasil no está listo para fuertes lluvias

Situación demuestra que Brasil no está listo para fuertes lluvias

RIO DE JANEIRO.  AP.  Mortales tormentas tropicales se suceden todos los veranos en Brasil, generando inundaciones y deslaves que pueden enterrar comunidades enteras.

 En enero pasado, casi mil personas fallecieron durante una tormenta.  

Se suponía que esta vez las cosas cambiarían, pues el gobierno prometió dinero para prevenir estas catástrofes. Pero comenzaron las lluvias y en los primeros días de enero murieron al menos 33 personas.

Un análisis de la situación indica que los fondos del gobierno federal no van adonde se los necesita.   Los esfuerzos para prevenir más tragedias como las del año pasado parecían prometedores al comienzo.

El Congreso asignó el equivalente a 282 millones de dólares en el presupuesto del 2011 para un programa de “Prevención y Preparación para Desastres Naturales” dirigido por el Ministerio de Integración Nacional, lo que representó un aumento respetable en relación con los 236 millones del año previo.   Esto fue en respuesta a torrenciales lluvias que generaron montañas de barro en las faldas y convirtieron arroyos en caudalosos ríos en las montañas que rodean a Río de Janeiro, enterrando barrios enteros. En total fallecieron 918 personas y siguen desaparecidas 215.   La presidenta Dilma Rousseff prometió a principios del 2011 que su go bierno estudiaría las tierras con más posibilidades de sufrir deslaves y geólogos elaboraron una lista de las zonas de mayor riesgo.   Estas medidas, sin embargo, difícilmente hagan algo para prevenir más muertes. Las razones son complejas.   Las pequeñas municipalidades más afectadas por los aguaceros no tienen recursos para llevar adelante proyectos ambiciosos ni para solicitar fondos del gobierno nacional, al tiempo que la burocracia brasileña demora la implementación de programas.

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30% fue entregado

De los 282 millones de dólares asignados a programas de prevención en el 2011, solo el 30% fue entregado, según cifras de portales del gobierno analizadas por Contas  Abertas. Y muy poco de ese dinero llegó a las áreas que corren mayor peligro.   El Servicio Geológico Brasileño, tal cual prometió Rousseff, elaboró una lista de las 251 ciudades y pueblos que pueden ser afectados por las lluvias.

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