Situación en los bateyes es «explosiva»

Situación en los bateyes es «explosiva»

POR GERMAN MARTE
El padre Pedro Riquoy afirmó ayer que la situación que se vive en los campos cañeros del sur se ha vuelto «explosiva» debido al deterioro de las condiciones de vida de la gente, la cual se ha agravado tras la privatización de los ingenios.

El sacerdote explicó que antes, cuando los ingenios pertenecían al CEA, los campesinos tenían sus pequeños conucos al lado de los cañaverales y a veces hasta en el medio, lo cual les permitía sobrevivir, pero ya el consorcio azucarero privado les está quitando estas tierras, «siguen arrasando con estos conucos y la gente no sabe qué hacer, porque ahí tenían sus únicas fuentes de vida.

Dijo que muchos trabajadores de los campos azucareros del sur se quejan y dicen que estaban mejor antes de la privatización de los ingenios. Expresó que si bien ahora pagan puntualmente, también se producen despidos por cualquier falta.

«Por ejemplo, los tractoristas, los obreros dominicanos, los cuadros medios que se atreven a quejarse son despedidos inmediatamente», expresó Riquoy, al tiempo de advertir que los abusos y los malos tratos se producen porque los trabajadores no están organizados para enfrentar la situación.

Asimismo, el sacerdote belga, que lleva más de 20 años trabajando en los campos de la frontera domincio-haitiana,  dijo que los consorcios azucareros y los dueños de grandes plantaciones de café en sur promueve la inmigración haitiana porque prefieren la mano de obra barata.

Al ser entrevistado por en el programa Uno más Uno que se difunde por Teleantillas Canal 2, el padre Riquoy recalcó que a los haitianos que viven en los bateyes se les paga mucho menos que a los trabajadores dominicanos.

De acuerdo con el religioso, a los inmigrantes haitianos -además de pagarle menos que a los dominicanos- se les maltrata, incluso, dijo muchos de ellos son traídos al país en tiempo de zafra son abandonados y repatriados cuando se enferman de malaria o tuberculosis.

«Ha habido muchos casos de malaria y tuberculosis son todos hombres que han sido traídos para la zafra», dijo el párroco de los bateyes de las provincias Independencia y Bahoruco.

Empero, señaló que la mayoría de los haitianos que vienen al país no quieren quedarse en el sur, sino que quieren emigrar a la capital, o llegar al Este, donde parece que la situación está mejor, pero muchas veces son detenidos en los puntos de chequeos.

Por eso hay «buscones» que se encargan de encaminarlos hasta la capital y entonces les pagan a los militares.

Sobre la deforestación que se registra en la zona fronteriza, Riquoy dijo que se impone investigar y aplicar la ley,  pero negó que sean los haitianos los principales responsables de la situación, «yo creo que los principales responsables no son los haitianos; los primeros responsables son los dueños de las tierras, y estos son dominicanos», sostuvo Riquoy.

El sacerdote dijo que las nuevas autoridades judiciales tienen una actitud seria frente al tráfico de personas y rechazan los malos tratos a los inmigrantes. Sin embargo, dijo que los maltratos a los inmigrantes haitianos siguen.

Indicó que en su casa tiene a una persona que está bajo su protección -por orden del Procurador- que fue mal tratada por la seguridad del consorcio azucarero de Barahona, le robaron todo y después lo expulsaron hacia Haití. Sostuvo que ya pusieron una querella contra la seguridad del consorcio por mal trato, golpes, robo y después el encarcelamiento, sin conocimiento del fiscal.

Riquoy manifestó que aunque ha mejorado un poco, sigue habiendo dificultad para que un dominicano de ascendencia haitiana obtenga documentos de identidad e incluso algunos hay de nuevo dificultad para algunos ingresar a las escuelas tan sólo por el apellido que tienen, a pesar de que «teóricamente» se les acepta.

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