Situación fiscal y keynesianismo

Situación fiscal y keynesianismo

El gobierno ha sido muy optimista en sus estimaciones de los ingresos fiscales para el año 2009 y demasiado moderado en su formulación del nivel de gasto presupuestal para un año en que se prevé un déficit de cuenta corriente de balanza de pagos similar al del año pasado y una contracción de la demanda del sector privado. Para que el crecimiento de la economía supere el crecimiento poblacional 1.4%, se va a requerir un déficit presupuestal del sector público no financiero más o menos igual al déficit de cuenta corriente como porcentaje del Producto Bruto Interno, asumiendo que el sector privado cierre el 2009 con un balance financiero más o menos equilibrado.

Un informe de la Secretaria de Estado de Hacienda (http://www.finanzas.gov.do/) revela que en el año 2008 el total de los ingresos fiscales (excluyendo donaciones y préstamos) apenas creció un 4.3% con relación al 2007. Como la inflación promedio para los doce meses del año pasado fue de 10.6%, eso significa que los ingresos fiscales en términos reales disminuyeron en 6.3%. Si no hubiese sido por el crecimiento del gasto presupuestal de un 26% en el período enero-octubre (último dato disponible) y una expansión de su financiamiento en 42%, el crecimiento real de la economía hubiese sido menor al 5% alcanzado en enero-septiembre de 2008.

Un indicador que refleja la recesión en que ya se encuentra el sector privado es que el crecimiento anual de los ingresos tributarios fue cero en términos reales en el 2008 con relación al 2007. Esto fue así aun cuando el gasto primario presupuestal (excluyendo el pago de intereses de la deuda pública) creció un 7% en términos reales, que es la variable que mide la contribución del gobierno al gasto agregado de la economía en bienes y servicios, incluyendo la demanda de inversión.

Ahora bien, el estímulo fiscal que proponemos debe concentrarse en su totalidad en el gasto de inversión pública y en especial en proyectos intensivos en generación de empleos productivos. Un gasto de inversión con una distribución sectorial y  por regiones que privilegie las regiones más deprimidas y los sectores donde se evidencie un mayor rezago tecnológico.

Creemos, junto a muchos sectores de la sociedad civil, que la calidad del gasto presupuestal deja mucho que desear y que ahí es donde debe dirigirse el bisturí de la reforma presupuestal. En particular, debe de haber una clara rendición de cuentas del gasto público de inversión en términos de volumen físico y de indicadores de costo eficiencia. También la débil institucionalidad fiscal, que se expresa en la falta de planificación y la ausencia o la deficiente aplicación de los reglamentos de las leyes de contratación de obras del Estado, de compras gubernamentales y de la carrera del servicio civil. Las rémoras del clientelismo político-partidista y la corrupción administrativa (nueva acumulación primitiva de capital) son vicios que ponen en jaque la democracia y las libertades públicas, al erosionar la legitimidad de las instituciones y el estado de derecho.

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