Situación indeseable

Situación indeseable

El país está en una situación de apremio que afecta todas las actividades, inclusive aquellas que motorizan la economía en todos los sentidos.

El déficit de generación de electricidad se corresponde con este estado de cosas, pues no hay disponibilidad financiera para adquirir combustibles para las plantas.

Pero la falta de combustibles no se limita a la generación de electricidad, un elemento que, mal que bien, podemos reemplazar por medio de inversores o plantas de emergencia. La escasez de combustibles ha comenzado a afectar la maquinaria económica en lo que concierne al transporte y aquellas tareas que requieren equipos motrices pesados.

Una acentuada escasez de gasoil se ha generalizado por todo el país y, según denuncias que las autoridades deberían investigar, se habrían estado produciendo acciones de especulación en estaciones expendedoras en las cuales a los transportistas se les estaría exigiendo pagar sobreprecio para poder abastecerse de gasoil.

Denuncias en este sentido constan en reportes de prensa recibidos desde poblaciones de la Línez Noroeste y el Sur. Se afirma que en esos lugares se estaría exigiendo hasta RD$200 por un galón de gasoil.

Es indeseable el hecho de que no haya combustibles suficientes, por razones financieras que todos conocemos, pero debe ser cortada de cuajo cualquier práctica especulativa con el poco carburante que llega a las estaciones de expendio, sobre todo en comunidades del interior del país.

El Gobierno debería investigar las denuncias sobre alzas no autorizadas en los combustibles por parte de estaciones de expendio del interior, y castigar como se debe a quienes sean encontrados responsables de estos desmanes, como paso previo a la búsqueda de alternativas que permitan disminuir los efectos del desabastecimiento actual.

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La población, por otra parte, debe hacer un uso racional del poco combustible de que disponemos, ahorrando en todo lo que sea posible no sólo por razones de economía personal, sino tomando en cuenta que los derivados del petróleo son pagados en dólares. No se puede recomendar lo mismo de la energía eléctrica, pues con apagones de hasta 20 horas no hay forma de pedirle a nadie que ahorre, sino más bien que aproveche las escasas horas que «hay luz» para realizar aquellas tareas que ameritan uso de aparatos eléctricos.

Una buena forma de ahorrar combustibles es trazar por anticipado las rutas del día, escogiendo los trayectos más cortos entre punto y punto, y limitar el uso de los vehículos a lo estrictamente necesario. Quizás sea pedir mucho, aunque es aconsejable, que se haga mayor uso del transporte público, siempre que la práctica lo permita.

En algunos países se fomenta la práctica de abandonar el uso del automóvil los días de descanso. Es una práctica saludable que deberíamos intentar alguna vez, tomando en cuenta que pagamos precios muy altos por los combustibles y las refacciones para vehículos.

Por más que nos duela, las carencias no son un problerma exclusivo del Gobierno, sino una situación de carácter nacional en la cual todos tomamos partido y sufrimos perjuicios.

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