WASHINGTON (EFE).- Estados Unidos dijo ayer estar «cada vez más preocupado» con la situación en Venezuela, y pidió el fin de la violencia y de la retórica «inflamatoria» que la alimenta.
«Advertimos a todas las partes en Venezuela que se abstengan de usar la violencia y el tipo de retórica inflamatoria que puede instigarla, especialmente en este momento crítico», afirmó el portavoz de la Casa Blanca, Scott McClellan.
Cinco personas han muerto por heridas de bala y unas 60 han resultado heridas en Venezuela desde el pasado viernes, cuando comenzaron las protestas de la oposición para exigir al Consejo Nacional Electoral (CNE) que convoque un referendo revocatorio contra el presidente Hugo Chávez.
McClellan indicó que su Gobierno insta al CNE a terminar su trabajo «a tiempo y de forma totalmente transparente».
La oposición venezolana expresó ayer su «rechazo total» al dictamen de la autoridad electoral de que las firmas para convocar un referendo contra el presidente Hugo Chávez son insuficientes, y dijo que apelará a la OEA y el Centro Carter.
«Rechazo total a lo que establece el Consejo Nacional Electoral» (CNE), dijo el diputado del partido «Primero Justicia» Julio Borges, uno de los líderes de la coalición opositora Coordinadora Democrática, en la primera reacción de los adversarios del presidente Hugo Chávez a la decisión de la autoridad electoral.
Borges anunció que tras el fallo del CNE «estamos poniendo en el Centro Carter y la OEA la responsabilidad de que se respete la voluntad de los que firmamos» por el referendo contra Chávez, y apeló a los «buenos oficios» de ambas organizaciones, que actúan como observadores en los procesos de referendo en Venezuela.