Situaciones trágicas

Situaciones trágicas

Durante la Segunda Guerra Mundial ocurrieron matanzas espantosas en muchos lugares de Europa. En estos días se ha recordado el exterminio de los judíos en las cámaras de gas erigidas por los nazis. El holocausto abarcó diversos países: Alemania, Polonia, Austria, Chequia, Hungría, Francia, Rusia, Italia. En 1945, cuando terminó la guerra, pudieron tomarse fotografías de campos de concentración rodeados de alambradas, con barracas hacinadas de esqueléticos judíos sobrevivientes. Se ha dicho que alrededor de seis millones de judíos perdieron la vida entre 1939 y 1945. En campos de batalla murieron varios millones de soldados; y montones de civiles perecieron a causa de los bombardeos sobre las ciudades.

Los ingleses que entonces residían en Londres, vivieron aterrados por los ataques aéreos de los alemanes. La ciudad de Coventry desapareció bajo las bombas de Hitler. La devastación de Coventry se añadirá al recuerdo de Lady Godiva, noble dama que cabalgó desnuda en el siglo XI, pidiendo menos impuestos para esa población. El arrasamiento de Guernica, inmortalizado por Picasso, es una tragedia pequeña al lado de Coventry. Del mismo modo, los alemanes de Bremen sufrieron lo indecible con los bombardeos de los aliados. A los hombres de cualquier tiempo, les toca siempre enfrentar “situaciones trágicas” que no han contribuido a crear; sean ingleses, alemanes o judíos.

Todos estos sucesos “pertenecen al pasado”, a un pasado reciente estudiado y recordado. Tales situaciones trágicas surgen a diario en el presente: en Siria, en Afganistán, Irak, Ceuta, Ucrania, Nigeria, la isla de Lampedusa. Pero no los comparamos con ningún hecho del pasado; en primer lugar, porque son distintos; también porque son actuales y se nos presentan envueltos en ropajes políticos o ideológicos. Las divergencias religiosas entre musulmanes, los intereses económicos de los países occidentales, nos perturban la comprensión.

Pero el hombre de hoy sufre situaciones trágicas comparables a los bombardeos de Bremen y Londres; experimenta iguales dolores ante la injusticia que le rodea; los narcotraficantes de México tienen parecidos poderes que los “narcos” de otros países, incluido el nuestro. Aunque maten mayor número de policías o desafíen con más frecuencia la autoridad del Estado. Los partidos políticos manipulan a los ciudadanos con métodos semejantes; y producen la misma insatisfacción general.

 

Publicaciones Relacionadas

Más leídas