«Skip the Joy»

«Skip the Joy»

“El conocimiento es la fantasía fundamental del ego. Pero es más peligroso que el dinero y que el Poder, porque el conocimiento es más sutil.

Dios creó el mundo y le dijo Adán que no comiera la fruta del árbol del Conocimiento…pero, ¿por qué particularmente del árbol del Conocimiento? Parece absurdo. Si hubiera prohibido a Adán matar, lo entenderíamos; si hubiera prohibido a Adán el sexo, entonces todas las religiones del mundo lo habrían entendido. Pero Dios ni prohibió el sexo, ni la violencia, sino el conocimiento.

El Conocimiento parece ser el pecado original. Pero, ¿por qué lo prohibió Dios? Por qué es peligroso el conocimiento?  -Porque el esfuerzo mismo por desvelar los secretos supone una agresión. La mayor agresión. El esfuerzo mismo por desvelar los misterios es violencia. Y tus esfuerzos por saber, revelan que estás dispuesto a pelear. Si no fuera así, ¿para qué querrías el conocimiento?”, fragmento del Libro “Los Tres Tesoros”.

Dice María del Mar que los conocimientos le han servido muy poco, si hablamos de felicidad. Me dijo y cito: “soy muy mala para ir tras lo que quiero, tengo todos los títulos, ya me leí todos los libros, ya he acumulado todo el conocimiento, me gradué con todos los honores, suficientes premios y reconocimientos; sin embargo, cuando lo que realmente más quería era ser la novia del hombre del cual me enamoré, resulta que era muy tarde ya, porque me había casado con otro. Cuando el hombre del cual me enamoré aceptó que estaba casada con otro y quiso amarme de todas maneras, ni siquiera pude disfrutar del privilegio de ser correspondida porque entonces mis celos, mi obsesión por Saber, muy bien desarrollada, destruyeron el refugio secreto que mi alma había encontrado en él. Entonces de que me sirvió saber tanto, si el hombre que amo no puedo tenerlo, porque yo misma lo he alejado? Aprendemos tanto y al final no sabemos nada, porque en realidad no aprendemos, el juego es acumular diplomas que certifiquen una apariencia del saber para salir a competir por «una vida mejor», por ser «alguien»… y no sé qué cosa, en el fondo somos soldados ciegos, nadie tiene claro porque se compite tanto. Mis padres asumieron que porque escribía bien, de pequeña, debía ser una escritora, luego porque me gustaba construír casas, entendieron que debía ser arquitecta. Traté de explicarles que estas actividades me gustaban pero no era algo que quisiera hacer «para siempre» pero nunca escucharon y terminé siendo arquitecta, gané la “famosa beca” al mismo tiempo que en mi corazón le dí al botón “Skip the Joy”. Esa búsqueda de conocimientos para ser aceptada me hizo casarme con el hombre equivocado y trabajar en algo, que me gustaba únicamente cuando No era una obligación. En conclusión lo sé todo, menos ser feliz”.

Las palabras de María del Mar me dieron duro en la cabeza y en el corazón, como esos platillos enormes que tocan en la banda municipal de música que nos cruza por enfrente. Y me llevo a hacerme estas preguntas: ¿De qué pueden servir los conocimientos si no es para contribuir en nuestra felicidad? ¿Hacemos algo que amamos con nuestra vida, o la mayoría de las veces tratamos de impresionar a alguien más? Si supiéramos con tal seguridad, que vamos a morir mañana, ¿seguiríamos compitiendo con todos los que nos rodean, nos seguiría importando tanto lo que piense el otro de nosotros, o empezaríamos a disfrutar la vida?

¡Namaste!

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