Siempre es insuficiente cuanto se diga sobre la importancia de invertir en ciencia y tecnología si es que se quiere, realmente, avanzar por un camino de desarrollo basado en eficiencia y competitividad. Por ese camino nadie puede avanzar solo: requiérese la colaboración e involucramiento de sectores públicos y privados y cooperación internacional. También en ciencia y tecnología hay que armar engranajes de integración que permita a todas las naciones poner sus escasos recursos en función de objetivos comunes con impacto en sus niveles de producción y desarrollo social.
Ante el nivel de crecimiento que estuvo experimentando la región en años recientes -e incluso ahora en momento de desaceleración – es importante, y quizás más, la transferencia de conocimientos como lo ha sido históricamente la transferencia financiera. Más que nunca se alza la evidencia de la gran urgencia de poder utilizar la tecnología y el conocimiento para innovar.
Para crecer un país debe ser capaz de potenciar el talento de su población y éste solo brota con un impulso a la educación de manera global. En un pueblo culto y capacitado siempre habrá grandes talentos. En una reunión de academias de ciencias regionales celebrada la pasada semana en Lima causó un positivo impacto el conocer cómo la República Dominicana ha sido capaz, por fin, de destinar el 4% del PIB para el sector, iniciar una campaña de alfabetización para erradicar de la faz de su superficie isleña el cáncer del analfabetismo y que, consecuentemente, tiene que empezar a pensar en esquemas de educación de adultos que permita darle seguimiento al aprendizaje a leer y escribir. Ese fue solo el comienzo, si no se le da continuidad se habrá arado en el desierto. También se informó que la Academia de Ciencias de la República Dominicana acaba de crear una Comisión de Educación para acompañar en ese esfuerzo estratégico que ha emprendido el país.
La vocación científica hay que motivarla y estimularla desde la enseñanza primaria de manera que desde ahí los niños comiencen a relacionarse con especialidades que los orienten hacia el estudio de materias sobre las que verdaderamente descansa la potencialidad de una nación y despertar en ellos la inclinación por el conocimiento y la investigación. Ese es el objetivo del programa de la “Ciencia en tu Escuela” que patrocina la Academia de Ciencias nacional mediante la iniciativa generosa de la Academia Mexicana de Ciencias y la colaboración de otras academias de la región.- El objetivo es contribuir a la formación de los maestros para una mejor impartición de las ciencias porque, como dije en otro artículo, la calidad de una educación nunca será superior a la calidad de los docentes. Lamentablemente la colaboración que ha recibido la Academia no ha permitido aplicar el programa en toda su amplitud.
Esperemos que más temprano que tarde se tome conciencia de la pertinencia de tomar de la mano a todos los que estén dispuestos a emprender el camino de contribuir a una educación de más calidad.