Las autoridades monetarias aseguran que en el 2010 la economía crecerá un robusto 8 por ciento, pero el FMI estima 3.5 por ciento, inferior al promedio de América Latina de 4.1 por ciento y de la economía mundial de 4.2 por ciento.

 Debe explicarse la diferencia, porque los pronósticos debieron ser más o menos iguales, siempre que las fuentes y los datos hayan sido sometidos al necesario análisis crítico antes de utilizarse, para evitar que el cálculo del PIB y del crecimiento se sustenten en estadísticas elaboradas con un criterio más cercano al mundo de la ficción que al real.

Se podría sugerir que en el manejo de fuentes y datos es donde debe estar la diferencia, en esta ocasión parece que el FMI lo hizo con más escrúpulo, aunque debe quedar claro que, como se hizo recientemente en el país, los datos y gráficos que se publican en la prensa, para demostrar que la economía crece más rápido que otras, en una alta proporción no son reales, su origen corresponde a conjeturas, inventos.

Insisto, la diferencia debe explicarse, porque el país está bajo un Acuerdo Stand by con el FMI, por lo que de alguna manera las autoridades monetarias negocian los datos, porque el programa debe terminar de la mejor manera posible, una conveniencia para ambos.

El Fondo Monetario Internacional actúa como juez y parte al mismo tiempo, decide el programa que debe aplicarse y juzga su resultado al final del periodo, sucede con los bancos centrales de América, como el nuestro. Hacen política y elaboran las estadísticas, pero también con instituciones que suministran datos para estimar el crecimiento.

Tómese, por ejemplo, la agricultura, el dato debería ser muy confiable, por proceder de una institución con un buen equipo técnico, pero la verdad se oculta cuando el dato es malo, para evitar que se hable del fracaso de la política.

El caso de la industria, crece si lo hacen las ventas de cervezas, varilla, ron y cigarrillos. Las comunicaciones, dependen de los celulares vendidos.

Está claro que el estimado del crecimiento no se corresponde con las mejores estimaciones, es un poco arbitrario, pero no se justifica semejante diferencia.

Resulta exagerado el 8 por ciento de las autoridades monetarias, demasiado bueno para ser cierto e inconsistente tomando en cuenta los ingresos tributarios.

En enero-marzo del 2010 alcanzaron RD$57,528 millones, superior en RD$3,286 millones al 2009, lo que no debe extrañar por haber sido de recesión relativamente profunda, inferior en RD7,571 millones a enero-marzo del 2008, lo que sí debería llamar la atención.

Como mucho, los ingresos tributarios proyectados para el 2010 llegarían a RD$230 mil millones, inferior en RD$6 mil millones a los del 2008, cuando la economía creció 5.3 por ciento.

La inconsistencia es clara, si se espera un crecimiento de 8 por ciento, los ingresos tributarios proyectados del 2010 no deberían estar por debajo de los del 2008, a menos que las autoridades esperen un aumento de los delitos tributarios, lo que no han dicho hasta el momento.

Las autoridades monetarias deberían explicar las razones de la discrepancia con el Fondo Monetario Internacional.