Sobre el divisionismo del PRD

Sobre el divisionismo del PRD

En la prensa escrita, radial y televisiva está de moda entre los comentaristas de mala y hasta de buena fe, decir que el PRD no gana elecciones porque se divide, por el carácter díscolo y personalista de sus líderes, a diferencia del Partido de la Liberación Dominicana.

Pero este análisis es simplista y no resiste la menor revisión histórica. Veamos:

El PRD se fundó en 1939 bajo los auspicios de un hijo cubano de Francisco Henríquez y Carvajal y por tanto hermano de nuestro Pedro Henríquez Ureña,  el cual tuvo a Juan Isidro Jimenes-Grullón como su primer Secretario General, aunque Juan Bosch fue figura importante en el mismo.  Ya desde 1941 el conflicto entre los “dos juanes” hacía inoperante el Partido, y cuando apareció en el horizonte la postguerra con la probable lucha frontal contra la tiranía trujillista, hubo que realizar  en el 1944 un Congreso de Unidad, del que salió electo el prestigioso médico Dr. Leovigildo Cuello.

Pero la división entre esos dos grandes líderes culminó en 1950, en el que Jimenes-Grullón fue marginado y Bosch triunfó, aunque el PRD perdió dinamismo hasta la segunda mitad de los años cincuenta por esto y  por el auge de las dictaduras en el Caribe.

Luego del ingreso al país del PRD en 1961, Bosch se opuso en 1962 a que su compañero Buenaventura Sánchez fuera postulado como candidato a la vicepresidencia de la República, como su compañero de boleta en las elecciones de ese año, a pesar de que fue electo en una convención regular del PRD, lo cual generó una crisis; y al año siguiente, durante su breve gobierno, Bosch rompió virtualmente con su partido y su entonces presidente Ángel Miolán, y señaló  que sus locales debían dedicarse a escuelas de alfabetización.

En 1973 Bosch se separó definitivamente del PRD para formar el PLD, y en el curso de diez años esa nueva organización sufrió deserciones importantes, como consecuencia de las cuales perdió sucesivamente a dos Secretarios Generales: Tonito Abreu y Rafael Alburquerque, además de Euclides Gutiérrez y otros,  y todavía en 1996 tuvo fraccionamientos de dirigentes que repudiaban su estilo de dirección y flexibilidad moral.  En el 2002, el PLD expulsó a seis diputados que dieron su voto para reformar la Constitución y establecida   y en el 2004  y el 2012 Taína Gautreau, Inchausti y otros dirigentes renunciaron de ese partido  inconformes con su línea política.

Del  mismo modo, los partidos de izquierda se han dividido una y otra vez en los últimos 50 años de historia; y el Partido Reformista ha escenificado continuas crisis desde la muerte de Balaguer: En el 2003 Peynado denunció fraude en las elecciones primarias y no apoyó a  Estrella;  en el 2004 Morales Troncoso, Reid Cabral, Matos Berrido y otros dejaron el PRSC y apoyaron a Fernández; para el 2006  Ángel Lockward y Rodríguez Pimentel  y luego Prim Pujals y otros, renunciaron y apoyaron al PLD en las elecciones de medio término.

Por tanto el divisionismo  y los problemas internos del PRD no son la razón fundamental de su situación actual, porque la enfermedad no está en la sábana, a los que no son ajenos en lo absoluto el gobierno del PLD, la JCE,  y la TSE, las causas eficientes son más profundas y las analizaremos en nuestra entrega del próximo domingo.

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