Sobre el filo de una navaja…

Sobre el filo de una navaja…

La necesidad de buscar cuartos para las necesidades del Gobierno ha motivado que, como ha pasado en cada país en trance similar, algunos funcionarios, deseosos de agradar al Presidente, descubran por enésima vez la fórmula del agua tibia. Ahora pretenden –a juzgar por la prensa- eliminar derechos adquiridos legalmente como por ejemplo las condiciones de inversión de las zonas francas.

Las veces que el Estado dominicano ha tratado de “truquear” a empresas cuya inversión está documentada, le ha ido mal…

Un ejemplo son los casos de recientes intentos por desconocer contratos con empresas foráneas, como los de TCW y Codacsa, que culminaron en laudos o sentencias en contra del Estado por muchas decenas de millones de dólares. ¿Fracaso de los gestores de esas aventuras? No, al contrario, perdió el Estado dominicano pero los abogados, cabilderos y otros agentes terminaron con muchos millones de dólares en los bolsillos. Se perdió, pero ¡cuánto ganaron!

En los últimos días, se ha estado comentando la posibilidad de revisión de ciertos contratos que al momento de firmarse parecían aceptables a todas las partes, pero que ahora ante la necesidad urgente de divisas o ingresos fiscales lucen injustos, puesto que hay que esperar para que comience la fiesta, y el gobierno, integrado al fin y al cabo por políticos, quiere “lo suyo ahora”…

Este escarceo ya ha llegado a entidades internacionales en Washington y otras capitales, donde nerviosos analistas han comenzado a llamar a abogados, periodistas y hombres de empresa dominicanos para preguntarles qué está pasando y qué puede vislumbrarse en el horizonte de los negocios en la República Dominicana.

A quienes conocemos la prudencia y capacidad de Estado del Presidente Medina no nos preocupa mucho la situación, mucho menos sabiendo que el presidente de su PLD y ex presidente Leonel Fernández siempre ha insistido en cuidar la imagen dominicana ante los inversionistas. Pero están los malos antecedentes de TCW y Codacsa, donde la cuestión no era tener razón o no, sino que nadie sabe bien al día de hoy dónde ponía la pava…

Quizás la República Dominicana necesita que quienes la representen en este tipo de conflicto legal estén realmente identificados con el interés nacional. De lo contrario, será más de lo mismo…

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