Sobre el siempre enigmático Cristóbal Colón

Sobre el siempre enigmático Cristóbal Colón

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EL descubridor: ¿Colón o Sánchez de Huelva? Del Tercer Viaje Colón regresa a España encadenado. Sin embargo, logra que los Reyes Católicos financien un cuarto y último viaje, bajo solemne compromiso de llegar definitivamente a las verdaderas Indias. El 11 de mayo de 1502 dejó Cádiz con cuatro maltrechas carabelas. Llega hasta el Orinoco; pero no percibe, aparentemente, que acaba de toparse con el luego llamado continente americano. Recorre toda la costa de América Central y parte de la América del Sur. De regreso se interna en Panamá. El mismo intercambio de oro por baratijas, abusos y los mismos desencantos indígenas que terminan haciendo la guerra a Colón.

El Gran Almirante estuvo otra vez a un tris de adelantarse a la Historia cuando alentado por los indígenas se interna en las selvas panameñas por la misma zona en la que luego se construiría el Canal de Panamá: la ruta entre el Atlántico y el Pacífico.

Azotado por una tormenta, decide devolverse y llegar hasta Jamaica. Encallan en las costas jamaiquinas. Hambrientos y maltrechos, él y sus marineros no juzgan prudente internarse en Jamaica por temor a la furia de los indígenas de allí. Pero sabedor de cuál día se produciría un eclipse de luna (por la lectura de documentos del astrónomo y matemático alemán Johannes Müller von Königsberg), convoca a los jefes indígenas para mostrarles el gran poder que tiene sobre los cielos y “produce”, el 29 de febrero de 1504, el “encantamiento” de la luna. Los indígenas lo colman de atenciones y comidas. Van, acompañado de un español, hasta la Hispaniola a buscar ayuda.

El Almirante regresa a España desprestigiado, enfermo y abandonado definitivamente por los Reyes Católicos. En su lecho se enfrenta a la Suprema Inquisición, que expulsa de su casa. Pero luego recibe al obispo de Marchen, quien fuera confesor de la Reina. Se confiesa ante él y, supuestamente, admite que el verdadero descubridor español del Nuevo Mundo fue Alonso Sánchez de Huelva, a quien habría asesinado.

Otra versión del hecho: el capitán Sánchez de Huelva había salido a pescar desde las costas de Galicia y arrastrado por el vendaval vino a parar a las costas de nuestro continente. Allí, junto a sus acompañantes, permanece un tiempo recolectando frutas y metales preciosos. Un día decide regresar a España trazando una ruta guiado por las estrellas. En alta mar este capitán es asesinado por uno de los marinos, Colón, que le roba los mapas náuticos que había realizado de toda la trayectoria del accidentado viaje. Desvía, entonces, la pequeña embarcación hacia Lisboa y se finge genovés. En el año de 1484 recurre al rey de Portugal Juan ll, a quien trata de convencer para que financie una expedición que iría en búsqueda de ciertas tierras desconocidas, que él dice haber escuchado de su existencia a ciertos pescadores. El Rey rechazó el pedido ateniéndose a la recomendación de tres peritos consultados.

Colón se va con su proyecto a España a finales de 1485. Visita el convento de Santa María de la Rabida, de la Orden Franciscana, donde confesó su robo y crimen al fraile Juan Pérez y a otros, quienes le arrebataron sus cartas de navegación. Los frailes ocultaron por algunos años estos documentos, que consideraron peligrosos y herejes para sus doctrinas dogmáticas; pero enterados de que Colón fue a buscar apoyo a las cortes de Inglaterra y Francia, se vieron obligados a mostrárselos al fraile Antonio de Marchen. Este se los llevó a la reina Isabel la Católica, quien mandó a llamar a Colón a la corte para discutir las condiciones del viaje. El 17 de abril de 1492, la reina Isabel firmó las capitulaciones en Santa Fe, que otorga a Colón el título de almirante de las tierras firmes que descubriera, virrey y gobernador general de ellas.

En el 1985 el historiador español Nectario María publicó que el verdadero descubridor del Nuevo Mundo fue Alonso Sánchez de Huelva.

López de Gomara en su libro: “Historia General de las Indias” nos habla de un capitán que decía haber estado en el Nuevo Mundo; pero que encontrándose en apuros logró que Colón lo acogiese en su casa, de donde no salió con vida.

Fernández de Oviedo también nos habla en su libro “El secreto de Colón”, de un protonauta desconocido a quien Colón asesinó y robó…

Continuaremos…

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