Sobre ética y moral

Sobre ética y moral

ALTAGRACIA PAULINO
A veces es preciso estar involucrado(a) en una coyuntura específica como para darse cuenta si de verdad somos capaces de actuar conforme a lo que creemos, a lo que decimos y si practicamos lo que predicamos.

Eso de que del «dicho al hecho hay mucho trecho» es una gran verdad y por esa razón la credibilidad es casi una virtud en un mundo de tanta carencia de fe y de principios y justo decirlo, de una gran crisis de credibilidad, al menos en nuestro país, por el hecho de que hay gente que dice una cosa y hace otra.

Tal vez no soy la llamada a dar una clase de moral y ética, pero me inspiraron unas reflexiones filosóficas del sacerdote jesuita Francisco José Arnaiz, quien hace una definición pedagógica de lo que es la ética y lo que es la moral.

La moral es algo intrínseco del ser humano, nadie puede pedirle a un animal que lo sea, y el ser humano es moral en tanto y cuanto actúe en función del grupo.

En cuanto a la ética el padre Arnaiz dice la ética «sirve para connotar una moral específica».

De modo que siguiendo esa línea de pensamiento nos encontramos con que la moral y la ética van de la mano, pero la moral es un patrimonio de los seres humanos, y la ética es la moral al servicio de una actividad donde ese ser humano se ha involucrado para poner su sello, en el mejor de los casos para servir a la causa que defiende.

La sociedad humana se divide en varios grupos, (no necesariamente en dos clases sociales como diría Carlos Marx en su tiempo) porque en la era que nos ha tocado vivir, matizada por la globalización y el libre comercio, nos inclinamos más por caracterizar el grupo grande y el grupo pequeño. Esta división conlleva otras subdivisiones, que necesariamente debemos explicar en otra entrega, ya que esta vez nos interesa solo expresar que ciertamente quien no vive para servir, no sirve para vivir. Alguien dijo esta frase, y de verdad que la misma tiene una profunda sentencia: o se sirve al grupo grande o al grupo pequeño.

Se trata pues, de que el grupo grande son los 9.3 millones de habitantes de la República Dominicana donde interactúan los buenos y los malos, los grupos pequeños, los grupos grandes, los grupos medianos, los que nos dirigen, los que nos quieren dirigir, los que dominan, los que nos quieren dominar, los indiferentes, los importantes, los religiosos, los buenos, los malos y los delincuentes de todo tipo que si no nos ponemos fuertes arroparán a todos o nos salpicarán de su maldad.

Ante todo esto, la moral y la ética deben unirse hacia un solo objetivo: una República Dominicana lo más cercana a la paz y a la equidad; solo así marcaremos la diferencia.

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