El monto de deuda pública acumulada, consecuencia de los déficits fiscales, fue uno de los temas tratados por dueños y directores de medios al presidente Danilo Medina.
Se quedaron cortos si olvidaron otros dos muy relacionados: los intereses que ponen en riesgo las finanzas públicas y la pérdida de crecimiento potencial de la economía.
Sobre lo primero, de lo que producimos en un año el Gobierno debe 36%, además cada año emite nueva deuda para sustituir vencimientos y financiar la brecha del presupuesto. El problema es el costo, en aumento por efecto combinado de dos factores que no controlamos. Uno, la mayor rentabilidad que exige el inversionista por la creciente incertidumbre sobre la economía latinoamericana; dos, la caída de rendimiento del bono norteamericano, considerado un valor refugio por la preocupación del curso de la economía global.
Ese aumento de costo de la deuda, que adiciona riesgo al manejo del presupuesto público, se observa desde mediados de diciembre, cuando la Reserva Federal encendió la aspiradora de las inversiones aumentando en 25 puntos básicos los tipos de interés.
La rentabilidad de nuestro bono a 10 años era 5.50% hace un año y por el mismo bono del Tesoro norteamericano el inversionista exigía 1.77%. Es decir, pagamos un “spread” de 373 puntos básicos. Recientemente nos comprometimos a pagar un interés de 6.875%, aunque también aumentó el bono del Tesoro, fue poco, a 2.03%. Resumiendo, en un año el “spread” subió a 485 puntos básicos, en 112 puntos, un 30%.
El problema es que sigue en baja la rentabilidad del bono del Tesoro, estaba en 1.74% el pasado 18 de febrero, un indicador de que la economía mundial podría encaminarse a una nueva recesión. Si tuviéramos que vender otra emisión de bonos el costo sería mayor de 6.875%.
Quedaron cortos si no hablaron del peso de los intereses en los ingresos corrientes, que aumentó de 10.2% en 2008 a más de 19% en 2015, y del servicio de la deuda, pasó de 20.8% a 37%, respectivamente. Y si solo hablaron de que el crecimiento del PIB amortigua la deuda, el problema es la informalidad de más de la mitad de lo que producimos en un año, lo que afecta el crecimiento de la base tributaria. Es decir, la razón deuda/PIB puede quedarse igual e incluso reducirse, y aumentar tanto el peso de los intereses de la deuda como del servicio respecto a los ingresos corrientes.
Sobre la pérdida de crecimiento potencial de la economía, con motivo del aumento de la deuda en US$21,490.4 millones, en 12.7 puntos porcentuales del PIB, en un tercio del PIB (US$68,848.3 millones) de 2008 a enero del 2016. Si decimos que el rendimiento de la inversión del Gobierno es igual al interés (7.5%) promedio que pagó por la deuda en 2015, podemos calcular que la economía perdió crecimiento potencial por 1.27% (el número sale de multiplicar 12.7 por 7.50).
Y decir que sin endeudarse, con la liquidez de la producción potencial acumulada que se perdió desde el 2008, el país pudo comprar plantas eléctricas, líneas de transmisión, equipos de hospitales, etc., etc.
Quedó claro que los mencionados temas relacionados con la deuda son importantes para la economía.