Lo dicen las estadísticas, existe suficiente liquidez para sustentar el crecimiento económico en torno a su potencial, así se programó antes de iniciarse el año. Ponerlos en las calles es el trabajo de los bancos comerciales y demás instituciones financieras, son las que crean dinero cuando desembolsan préstamos.
Incumplieron en el primer semestre. En lugar de prestar prefirieron guardar en el Banco Central diez mil millones de pesos, y por ese monto aumentar el balance que tenían como depósitos remunerados de corto plazo. En un artículo anterior especulé sobre los probables motivos, no los repetiré.
Al reducir el crecimiento de los préstamos consolidados a la producción, comercio interno y exterior, a una tasa interanual de 8%, muy por debajo de la media de 14.9% de 2012 a 2016, disminuyeron los pesos en circulación, contribuyendo con el poco dinamismo de la economía en enero-junio 2017.
Existen dos explicaciones adicionales. La contracción del gasto público a una tasa interanual de 2.4%, por un menor gasto de capital, se combinó con un importante y saludable aumento de la recaudación en la DGII, para reducir el déficit fiscal por debajo del 2.3% del PIB presupuestado para el año. Debe decirse que es el tipo de gestión que se reclama para minimizar el endeudamiento público.
También contribuyó el aumento de precio de los combustibles importados, por el barril pagamos 20% más que en el primer semestre 2016, que fue transferido a los consumidores de gasolinas, gasoil y otros derivados. Está demostrado que cuando los combustibles se encarecen, se reduce el volumen consumido, como sucedió en los primeros cuatro meses 2017, disminuyó 17% respecto a los mismos meses 2016, de 2,009,085 pasó a 1,715,513 barriles. Lo que impactó de manera negativa las actividades económicas.
En la actualidad las instituciones financieras compiten para prestar y poner en las calles treinta mil millones de pesos, la suma de dos componentes, diez mil millones que guardaron adicionalmente en el Banco Central y RD$20,400 millones liberados por la reducción del encaje legal en 2.2 puntos porcentuales, que deben prestarse a cinco años plazo, a una tasa de interés anual de 8%. Es decir, 47% por debajo de la tasa promedio ponderada de los bancos múltiples en 2016.
Aprovechan que el Banco Central mejoró la capacidad de pago de los deudores de préstamos cuando redujo su tasa de interés de referencia. Dicho con otras palabras, que la entidad emisora puso sobre la mesa un nuevo enfoque de administración de riesgos y acciones preventivas, para mejorar el consumo, la inversión y el crecimiento de la economía, que deberá situarse entre 5.5% y 5.25% a final de año, la revisión más reciente del Ministerio de Economía, Planificación y Desarrollo, Ministerio de Hacienda y Banco Central.
Al final una reflexión. La política monetaria no es sustitutiva de la fiscal, tampoco de las reformas estructurales que se necesitan. En toda parte opera bajo presión, potencializada ahora por los fuertes intercambios de “piropos” de Trump y Corea del Norte. Aunque desde muchacho aprendí que no hay pelea cuando las dos partes repiten amenazas apocalípticas, es innegable, suman incertidumbre que impactan de manera negativa las cuentas macro-económicas.