FRANCISCO ALVAREZ CASTELLANOS
Desde hace algún tiempo vengo leyendo y reeleyendo diversos textos sobre historia nacional y, ¡ por fín !, he llegado a una conclusión muy personal pero, a mi juicio, sumamente lógica.

¿ En que año se declaró la independencia nacional ?

Núñez de Cáceres fue el primero en declarar esa independencia, en los inicios del decenio de los años 20, del siglo 19. Pero un año más o menos después el presidente haitiano Charles Herard Boyer invadió el país, conquistándolo y dominándolo durante 22 largos años. Por tanto, esa independencia murió en su cuna. Por algo se le llama «independencia efímera».

Luego, Juan Pablo Duarte, ideólogo de La Trinitaria, trabaja incansable como clandestinamente, en busca de la independencia nacional, cosa que se logra el 27 de febrerio de 1844. Tanto Duarte, como Sánchez, Mella y los trinitarios, merecen el título de «padres de la patria» y la veneración de los dominicanos todos.

Sin embargo, esa independencia duró unos 16 años, hasta que Pedro Santana, en mala hora llevado al Panteón Nacional y colocados sus restos frente a los de su ilustre víctima, María Trinidad Sánchez, eliminó esa independencia cuando anexó la república a España. ¡ Y volvimos a ser colonia española ! Por lo tanto, no éramos independientes.

Se tuvo que guerrear durante tres años frente a uno de los ejércitos mejor armados y entrenados de aquellos tiempos. Y la figura central de esas épicas jornadas fue el general Gregorio Luperón. Por tanto, el país fue nuevamente independiente a partir del 1863. Esa independencia es lo que llamamos «restauración» pero no es tal, porque la ganada el 27 de febrero de 1844 había sido eliminada, como la de Núñez de Cáceres.

Entonces es mi criterio que, sin quitar ni un ápice a la grandeza de Duarte y sus compañeros, la independencia nacional se obtuvo cuando el ejército español fue derrotado en el 1863 y expulsado del país.

Sin embargo, no ha habido debate alguno sobre el asunto y la Academia Dominicana de la Historia ha guardado un silencio absoluto al respecto. Se habla de Luperón como el cuarto Padre de la Patria, y no me opongo. Pero como no se puede restaurar lo que no existe, la independencia de nuestro país se logró, ¡ definitivamente ! (al menos, hasta el momento), en el 1863.

Entonces, si es como yo afirmo, ¿ cómo rayos hay municipios que han eliminado el nombre de «calle Restauración» para ponerle el nombre de un político, no importa el que sea ni lo que haya hecho, porque nunca pudo hacer lo que hizo Luperón.

La calle principal de la ciudad de La Vega Real se llamaba «Restauración» y hoy se llama «Antonio Guzmán». Don Antonio hizo el que a mi juicio ha sido el mejor y más democrático gobierno de este país en el siglo 20. Podía habérsele buscado una importante vía en La Vega, su pueblo natal, para honrarla con su nombre. Pero jamás ningún nombre puede igualarse al de «Restauración» que es exactamente lo mismo que «Independencia». 

Este artículo me fue inspirado por otro, de Gabriel R. Roedán Hernández que, bajo el título de «¡ No me cambien el nombre!», fue publicado en HOY el pasado 29 de septiembre. Roedán trata el punto que yo toco en este trabajo.

Muchas injusticias se han cometido con eso de cambiar de nombres calles, avenidas, barriadas y hasta de ciudades.

Por lo tanto, yo espero que el asunto de establecer la fecha de la independencia nacional sea un tema de académicos, intelectuales, historiadores, pero dejando a los políticos al margen por razones obvias.