Sobre lo mismo

El Colegio Médico Dominicano, asesor del Estado en materia de salud, no fue consultado para el diseño y aplicación del protocolo de atención a pacientes extranjeros en los hospitales públicos, donde las parturientas haitianas son atendidas, despachadas y deportadas hacia su país luego de hacer una “parada técnica” en el vacacional de Haina. Así lo reveló el doctor Waldo Ariel Suero, su presidente, quien se quejó en una entrevista por televisión de que ninguna de las 62 sociedades especializadas del gremo ni su Junta Directiva fueron debidamente informados sobre el protocolo, socialización que a su juicio habría facilitado su aplicación y evitado los cuestionamientos, tanto en el país como en el extranjero, que se le han hecho. Y aunque dijo estar de acuerdo con la política migratoria del Gobierno, opina que por tratarse de un tema tan delicado como la salud puede ser mal vista por organismos internacionales y tener consecuencias negativas para el país.

Puede leer: Demasiado

Por lo pronto ya Amnistía Internacional reaccionó pidiéndole al gobierno dominicano poner fin “de inmediato” a las expulsiones colectivas de haitianos, y derogar el protocolo que vincula el acceso a servicios de salud con la deportación. Ese proceso, según su directora para las Americas Ana Piquer, “no solo viola el derecho a la salud, sino que deshumaniza a personas sin documentación y seguramente los disuadirá de acudir a los hospitales poniendo vidas en peligro”. Esa preocupación ya la expresó el presidente del CMD, pero a juzgar por la respuesta del presidente Luis Abinader a la petición de Amnistía, a la que mandó a “trabajar en Haití”, no parece que vaya a darle marcha atrás a una medida cruel y odiosa que nos presenta ante los ojos del mundo como unos desalmados. Algo que hay que lamentar, y no lo digo solamente por las parturientas haitianas a las que se somete a un trato vejatorio e inhumano que, para colmo, no evitará que nos continúen “invadiendo” con la complicidad de los intocables de siempre.