Sobre pulpos, caracoles, corales y cleptocracia

Sobre pulpos, caracoles, corales y cleptocracia

Los dos procesos hasta ahora sometidos por la PEPCA, la operación anti-pulpo y la coral, que no son más que la puntica de un inmenso iceberg de corrupción que involucra muchos exfuncionarios del pasado gobierno, empresarios, policías, militares y no es que estamos en presencia del primer gobierno corrupto en la historia del país; ninguna administración ha estado exenta de este mal, quizás solo la efímera del Prof. Juan Bosch, sin embargo este es el primer caso de instrumentalización desde la misma cúpula del poder, porque se trató de una cleptocracia.

La cleptocracia se define como: “el establecimiento y desarrollo del poder basado en el robo, institucionalizado la corrupción y sus derivados como el nepotismo, el clientelismo político y/o el peculado, de forma que esas acciones delictivas quedan impunes debido a que todos los sectores del poder están corruptos, desde la justicia, funcionarios de la ley y todo el sistema político y económico”.

El gobierno de Danilo Medina queda perfectamente retratado en esa definición, el robo institucionalizado, como el caso del Exjefe del Cuerpo Especializado de Seguridad Presidencial, el nepotismo con los hermanos y cuñados del Presidente haciéndose ricos, el clientelismo sobre la base del uso del presupuesto nacional y todo ello con un arreglo institucional donde las estructuras de corrupción, tenían garantizadas la absoluta impunidad ya que el “Danilismo” dominaba el Congreso, la Justicia, vía el Ministerio Publico y una buena parte de la Suprema Corte, y hasta una Cámara de Cuentas disponible para falsificar las auditorias que pudieren perjudicar algún funcionario.

En todo esto ciertos empresarios deberían responder ante la justicia, porque en muchas de esas estructuras de corrupción habían empresas que hicieron formidables negocios vendiendo al gobierno a precios sobrevaluados; incluso se llegó al extremo de que importantes figuras de la cúpula empresarial estaban apoyando la reforma constitucional, eventualmente hija ilegítima de la pretendida compra de legisladores para obtener la mayoría necesaria y así garantizar la repostulación, la reelección presidencial y la continuidad de la cleptocracia.

¿Acaso el Presidente Danilo Medina desconocía los negocios de sus hermanos, cuñados y del militar encargado de su seguridad? ¿Acaso el Presidente Danilo Medina desconocía los funcionarios de su gobierno que recibieron sobornos de la empresa Brasileña Odebretch?

¿Se hizo a espaldas del Presidente la contratación de RD$11,500 millones en asfalto previo a las primarias internas de octubre 2019 violando la Ley de Presupuesto que no contemplaba esa inversión y la Ley de Contrataciones Públicas?

Si el Jefe de su escolta, sin detentar un gran presupuesto o compras, logró acumular una fortuna, así como ciertos subalternos, que no será unidades como el Ministerio Administrativo de la Presidencia que manejó más de RD$70 mil millones en las “visitas sorpresa” o el Ministerio de Obras Publicas, responsable de cientos de millones de dólares en obras, una buena parte contratada a la Odebretch, o el Ministerio de Educación con el mayor presupuesto del Estado Dominicano o el Ministerio de Defensa.

Gracias a un Ministerio Publico independiente, promesa de campaña cumplida por el Presidente Luis Abinader, el país esta conociendo el nivel de corrupción y de deterioro institucional a que se llegó en el gobierno de Danilo Medina; mi mayor temor es que falten fiscales investigadores para poder someter por lo menos la mitad de las estructuras de corrupción que operaron.