Sobre turbidez y transparencia

Sobre turbidez y transparencia

POR  MANUEL E. GÓMEZ PIETERZ
Si mis lectores desean medir cuán turbios son los gobiernos, ¡que cuenten la repetición de la palabra transparencia en su oratoria política! A mayor frecuencia, mayor turbiedad en el desempeño político; es una práctica, sencilla, y segura norma modal de evaluación. Estadísticamente hablando, la moda es una medida de promedio. Es el dato o el acontecimiento que más se repite. Por eso, lo que está “de moda”, es lo que más “se lleva”. Lo más repetitivo. Los modistos, crean y exhiben en las pasarelas lo que entre ellos acuerdan que más se llevará en cada temporada estacional del año.

Las campañas electorales son las pasarelas en las cuales la perversa ambición política hace el ridículo de manera permanente, pretendiendo volver a engatusar al elector, prometiendo lo ya prometido y no cumplido “por culpa del contendiente opositor”, al ritmo de bachata y regaetón y revestidos con la alba túnica de la invisible transparencia. Que de hecho es apariencia de honestidad y ocultamiento de corrupción e impunidad.

Lo que no hacen ni harán nuestros viciosos y viciados partidos políticos, es proponer un prospectivo programa de reforma política y económica que aborde la solución de los problemas tanto coyunturales como de mediano y largo plazo, referentes a la hipertrofia del Estado, la urgente disminución de la muy preocupante situación de la pobreza, el acelerado deterioro del medio ambiente, y el creciente nivel de inseguridad ciudadana en proporciones nunca antes presenciado en toda nuestra historia. El crimen y la sádica violencia se han apropiado de la calle desbordando y avasallando a las fuerzas del orden público, y la vesania asesina ha ido convirtiendo a la colectividad urbana en una auténtica cárcel. El Estado dominicano está hoy muy severamente cuestionado por esta situación de anarquía. Sobre él pesa además la real amenaza conspirativa que incide sobre la conservación de nuestra identidad nacional por vía de la migración ilegal haitiana.

La ciudadanía debe exigir como condición sine qua non a los partidos que aspiran a gobernarla, una expresa definición sobre esos temas cruciales y de cómo y para quién piensan gobernar: si en sinárquica colusión con los grupos pudientes, o para lograr la plena realización del bien común. O si la sede del gobierno debe trasladarse a “Romana” o “Bávaro”, o quedarse donde está y debe estar.

La sorda y avarienta plutocracia dominicana, conspira contra sí misma cuando con su insaciable apetito de ganancias, aumenta imprudentemente la presión de una caldera social a punto de estallar. La prensa diaria ha destacado el hecho de que no obstante la eliminación de la comisión cambiaria, la estabilización de la tasa de cambio, y el desmonte arancelario en virtud de la efectiva vigencia del DR-CAFTA, una multitud de artículos importados de la zona del tratado, con tasa cero arancelaria, han subido exorbitante e inexplicablemente de precio. El agio criminal del comercio local ha decidido meterse en su inmoral y particular bolsillo, los beneficios totales del acuerdo. Robándole por partida doble, al Estado y al público consumidor. Sobre todo al más pobre. Para quien “Romana” y “Bávaro”, están definitivamente vedados. Pero no así, la ira enfurecida de la cañada WP. ¡Qué puede bajar y asolar!

¡Qué oigan quienes aún tengan oídos para oír; porque después, sólo será el llanto y crujir de dientes!

Publicaciones Relacionadas

Más leídas