Sobre un documental de la obra de Silvano Lora

Sobre un documental de la obra de Silvano Lora

POR EFRAIM CASTILLO
Para explicar la obra de Silvano Lora desde esa síntesis de sombras y luces que es el cine, ahora apoyado, para los procesos de realización del documental, en el video tape y la tecnología digital, no es necesario realizar esfuerzos sobrehumanos y, ni siquiera, enrumbarse hacia búsquedas inútiles entre los modos de representación presupuestados, porque la obra de Silvano Lora forma parte de un todo, de una totalidad que sólo puede ser expuesta, registrada, a través de una síntesis en donde deben confluir la sociedad —que ha sido el punto focal de su opera vitae—, la historia y, sobre todo, los propios lenguajes implícitos en su arte. 

  Cuando Robert Flaherty inventó el cine documental con Nanook el esquimal, en 1922, jamás se imaginó que el encargo recibido para realizar el registro primario —desde el propio Ártico, en el territorio de los inuits— de una industria dedicada a la producción de pieles, se convertiría en una de las proezas mayores del lenguaje cinematográfico y, sobre todo, en el más grande aliado de la investigación antropológica, al abrir los asientos para escribir la historia desde el milagroso y profundo entramado de los acontecimientos, tal y como sucedían, o, tal y como se habían producido.

La historia, a partir de Flaherty, podía ser registrada por el cine —y ahora por el video tape y la tecnología digital— desde modos de representación etnográficos que se han ido ampliando de manera extraordinaria con el advenimiento de las nuevas escuelas del cine documental:

a) El cine explicativo;
b) El direct cinema;
c) El observational cinema;
d) El cinema verité;
e) El cine participativo;
f) El cine reflexivo, autorreflexivo y autobiográfico;
g) El cine evocativo; y
h)   El cine deconstruccionista.

En este pequeño documental que he titulado Estética y Sentido alrededor del Grito: La obra de Silvano Lora, he tratado de inyectar un modo crítico al documento, ya que es imposible desligar los lenguajes e interpretaciones del arte de un sujeto para el cual la sociedad y la historia pertenecen al hombre total, a ese ser que deberá humanizarse a través de la reciprocidad unívoca, ya que, de otra manera, el sentido evocativo se habría perdido en una escritura banal.

Así, este documental se ha propuesto reflexionar, explicar, participar y, ante todo, evocar la presencia de una obra que, como la de Silvano Lora, está llamada a perpetuarse en la historia del arte dominicano y, mucho más allá, en la historia del arte caribeño y mundial.

  Porque, ¿no constituyen, acaso, las historias de las mujeres y hombres del Caribe, las mismas historias de las mujeres y hombres cuyo registro en la historia está marcado por el afán inquebrantable de hacer realidad la felicidad, una figura que, por los egoísmos y la explotación, se vislumbra estúpidamente como una abstracción, como una utopía, cuando en realidad sólo bastaría con el abrazo profundo que propicia la comprensión, desechando la subversión de la risa por el llanto, del amor por la amargura, de la paz por la enajenación y del canto por el inclemente grito?  
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*El autor es publicista y laureado escritor

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