Es deber del Estado aplicar regulaciones sobre actividades públicas y privadas de resultados favorables a sus propios objetivos fiscales y de promoción del desarrollo y para la buena marcha de la sociedad y sus entes productivos. En comprensión de la necesidad de mejorar los estándares reguladores, el Consejo Nacional de Competitividad tiene como meta reducir significativamente el costo social que se deriva de gastos para el cumplimiento de normas establecidas para la vigencia empresarial. Estudiada la realidad de importantes funciones públicas impresiona la magnitud de requisitos a llenar y pasos a seguir con la compra de formularios y sellos a organismos públicos, proceso al que tiene que rendirse demorando objstivos todo el mundo si quiere pertenecer a los ámbitos de la formalidad.
Para mantener en sobreabundancia la tramitación de asuntos que incluyen duplicidades, el Estado destina con permanencia ingentes recursos dignos de mejor destino. Excesos burocráticos que restan eficiencia, dicho llanamente. El emprendurismo debe estar libre de trabas. El ingenio y la inversión que hacen más productivo al país deben marchar por caminos desbrozados; y cuando se trate de iniciativas novedosas y de mucho riesgo para los bienes y los créditos contraídos por los gestores, el Estado debe brindar un trato excepcional y liberador hasta dar tiempo a la germinación de esfuerzos.
Sin flaquezas ni omisiones

La protección de los recursos naturales debe ser integral y sin excepciones territoriales en un país que ha visto extinguirse muchos ríos y contaminarse severamente las más importantes corrientes fluviales que sobreviven amenazadas por pérdidas de boscosidad y extracción de materiales sobre cauces.

No es cuestión de fallar tan notablemente en las restricciones que deben aplicarse al conuquismo y la explotación agroindustrial sobre zonas estratégicas para la conservación del agua como Valle Nuevo, Los Haitises y el Baoruco. Por un lado se reforesta y por el otro, como acaba de verse en el área montañosa de la loma «Nalga de Maco» , Cordillera Central, la deforestación marcha galopante. Acciones severas de depredadores que delatan fisuras en la vigilancia y niegan que los bosques estén bien cuidados.