Sobreviviente de Hiroshima advierte sobre el peligro nuclear

Sobreviviente de Hiroshima advierte sobre el peligro nuclear

HIROSHIMA, Japón. AFP. Las cicatrices en el rostro de Sunao Tsuboi, desde el día del bombardeo nuclear de Hiroshima, son un triste recuerdo de la potencia del arma nuclear, en momentos en que crece en Japón el rechazo al uso de la energía nuclear, tras la catástrofe del año pasado en Fukushima.  

Un bombardero norteamericano B-29 denominado «Enola Gay» arrojó la bomba nuclear el 6 de agosto de 1945, convirtiendo a la ciudad en un infierno y matando a unas 140 mil personas, en el capítulo final de la Segunda Guerra Mundial.  

Casi 70 años después, Tsuboi, uno de los raros sobrevivientes del primer ataque nuclear, se manifiesta ahora en contra de la energía nuclear en un país aún conmocionado tras la catástrofe del año pasado, desencadenada por un sismo que provocó un tsunami, matando a 19 mil personas el 11 de marzo de 2011.  

«Somos ambos víctimas nucleares, somos lo mismo», dijo Tsuboi, de 87 años, a los sobrevivientes de Fukushima. El 6 de agosto de 1945, Tsuboi iba camino a la universidad cuando estalló la bomba sobre Hiroshima provocando un fuerte destello de luz y un intenso calor.  

Además de quemaduras, Tsuboi sufrió de cáncer intestinal que puede estar vinculado a la exposición a la radiación. Para Tsuboi los riesgos que representan las armas atómicas y la energía nuclear son básicamente los mismos.  

«La tecnología nuclear va más allá de la sabiduría humana. Quisiera poder ver un mundo libre de armas nucleares mientras aún estoy vivo», dijo Tsuboi. 

Este llamado se hace en momentos en que en Japón el movimiento de protesta contra la energía nuclear se ha fortalecido desde que el primer ministro Yoshihiko Noda decidió en junio pasado reactivar dos reactores nucleares.  

Noda justificó su decisión por el riesgo de penuria en el suministro de energía eléctrica. Japón, que antes de Fukushima se había lanzado en una política de desarrollo nuclear para compensar su falta de recursos energéticos, se abstuvo por completo en mayo y junio de utilizar sus 50 centrales nucleares.  

Las 48 restantes siguen sin funcionar, ya sea a causa del sismo o por medidas de precaución adicionales exigidas por las autoridades tras la catástrofe del 11 de marzo de 2011.  

Los sobrevivientes de Hiroshima y de un ataque similar lanzado contra la ciudad portuaria de Nagasaki, tres días después, dijeron que las imágenes televisivas de la catástrofe nuclear de Fukushima les trajeron terribles recuerdos.  

«Ver esas imágenes en la televisión me trajo terribles recuerdos», dijo entre sollozos Misako Katani, de 82 años, una de las pocas personas, aún en vida, que sobrevivió a los dos ataques.  

Muchas de las personas que huyeron de la zona de Fukushima y los que permanecen aún en la zona afectada, incluyendo a los empleados que trabajan en el desmantelamiento de la planta, se preocupan por los efectos a largo plazo de la radiación en la salud.  

El 11 de marzo de 2001, el tsunami provocado por el terremoto afectó el sistema de refrigeración de los reactores nucleares, causando la liberación y la propagación de la radiación al exterior.

Científicos han advertido que podrían pasar décadas antes de que sea seguro para algunas personas regresar a sus hogares.  

Sachiko Sato, una evacuada de Fukushima y una de las miles de personas presentes en la conmemoración de Hiroshima dijo que para ella «Fukushima es como la tercera víctima nuclear, después de Hiroshima y Nagasaki».  

Toshiyuki Mimaki, otra sobreviviente de Hiroshima, añadió: «Queremos trabajar junto a la gente de Fukushima y unir nuestras voces para pedir que no haya más víctimas de la energía nuclear».

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