Sobreviviente narra cómo Zetas cercenaban cabezas

Sobreviviente narra cómo Zetas cercenaban cabezas

SAN BENITO, Guatemala.  AP. El jornalero permaneció herido en el suelo simulando que estaba muerto mientras los atacantes cercenaban las cabezas de otras víctimas en una de las más cruentas matanzas en Guatemala después de la prolongada guerra civil en el país.

  Una mujer embarazada fue dejada ir cuando sus hijos comenzaron a llorar. Pero otras 27 personas fueron asesinadas. Los cuerpos y las cabezas cercenadas quedaron dispersos en un prado verde de una finca ganadera aislada en la provincia norteña del Petén.   Las autoridades de Guatemala responsabilizaron ayer de la masacre del fin de semana al cartel mexicano de los Zetas, que se ha instalado en Guatemala y llevado su tácticas crueles a una zona rural indígena cerca de la frontera con México.   “No sé cómo sobreviví”, dijo una persona la Associated Press, cuya identidad permanece en el anonimato porque las autoridades solicitaron que no fuera identificada por motivos de seguridad.

Dijo también que temió huir del lugar de la masacre —perpetrada en la noche del sábado— porque los hombres armados dijeron que volverían.   La policía llegó finalmente en la mañana del domingo, pero la violencia continuó el lunes en zonas vecinas del Petén, una región selvática y estratégica para el tráfico de drogas, donde la tasa de homicidios duplica al promedio nacional y supera por mucho al de las partes más violentas en México.

El presidente Alvaro Colom, que recorrió ayer el lugar de la masacre, dijo que entre 40 y 50 personas pertenecientes a un comando llegaron a la remota finca ganadera, ubicada a unos 30 kilómetros (19 millas) de la carretera pavimentada más cercana por un camino de tierra de un solo carril. Al parecer el comando es parte de un grupo denominado “Z 200”.   “Lo rechazo totalmente, esto ha sido una salvajada”, dijo Colom. “Vamos a capturarlos, aunque estén metidos en una madriguera, los vamos a agarrar y los vamos a echar de Guatemala”.   Dos hombres fueron muertos y un sospechoso de la masacre fue detenido luego de un enfrentamiento con la policía en la mañana del lunes, mientras algunas granadas fueron arrojadas a una casa y un negocio en el poblado cercano de San Benito, adonde los cadáveres fueron llevados para identificarlos.   Las autoridades atribuyeron a los Zetas esos incidentes de violencia, que también incluyeron el homicidio   del hermano de un presunto capo guatemalteco.

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Mensaje cruel

 Un mensaje escrito con sangre en uno de los muros de la finca decía que los atacantes buscaban a Salguero, cuyo paradero se desconoce.   Pero ninguna de las víctimas tenía relación con los carteles de las drogas. Por el contrario, eran trabajadores inocentes de la finca, que junto con sus familias quedaron atrapados en una cruenta guerra que se asemeja a la violenta disputa de los Zetas por territorios en México.

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