Sobrino Mitterrand en escándalo de pedofilia

Sobrino Mitterrand en escándalo de pedofilia

PARIS. AP.  El ministro de Cultura francés negó ayer haberle pagado a muchachos para tener sexo en una respuesta vehemente a los críticos de derecha e izquierda que exigen que renuncie sobre un libro revelador en que narra sus relaciones con prostitutos en Tailandia.  “Rechazo el turismo sexual, que es una desgracia.

Rechazo la pedofilia, en la que nunca he participado de ninguna manera”, dijo Frederic Mitterrand, sobrino del fallecido presidente Francois Mitterrand, durante una entrevista en un programa de horario central de la televisión nacional.  “Todos los que me acusan de este tipo de cosas deberían estar avergonzados”, agregó.  En un libro del 2005, “La mauvaise vie” (La mala vida), Mitterrand describe al detalle los prostíbulos de Bangkok en un relato tórrido y habla de la felicidad y libertad de pagarle por sexo a “muchachos”.  Mitterrand dijo el jueves en el canal TF1 que el libro no era estrictamente una autobiografía. Admitió que cometió “errores” al pagar por sexo alguna vez pero dijo que tuvo relaciones sólo con hombres de su edad.  Las aventuras narradas en el libro se convirtieron en un problema para Mitterrand tras su encendida defensa la semana pasada del director de cine Roman Polanski, detenido en Suiza debido a las acusaciones que penden en su contra en Estados Unidos de haber cometido estupro con una adolescente de 13 años en 1977 en Los Angeles.  Esta semana, cuando se divulgaron los extractos del libro, numerosos políticos exigieron que el ministro renuncie o sea despedido, luego de que la líder del ultraderechista Frente Nacional, Marine Le Pen, leyó pasajes del libro de Mitterrand en la televisión francesa y exigió su dimisión.  Mitterrand respondió con firmeza el jueves, cuando dijo que no tiene intención de dejar el gobierno. Agregó que habló con el presidente Nicolás Sarkozy, quien aún no se pronunció sobre el tema, y que éste le “confirmó su confianza”.

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Afecta Gobierno

El escándalo es incómodo para Francia y para el presidente Sarkozy en especial, quien había causado disconformidad en el partido oficialista UMP.

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