El sociólogo César Pérez consideró hoy que los elementos más sustanciales del discurso del martes de Hipólito Mejía son el haber aceptado de forma «no muy explícita», los resultados de las pasadas elecciones, y el anuncio que hizo de que asumirá la postura de líder de la oposición frente al próximo gobierno.
Pérez, quien es miembro del movimiento Ciudadanos por la Democracia, que en la recién coyuntura electoral apoyó a Hipólito Mejía, ofreció su opinión al evaluar el citado discurso en el programa Uno + Uno, por Teleantillas.
Añadió que ahora se espera que Mejía diga cómo, de qué manera él va a sumir el rol de líder de la oposición.
En ese sentido destacó que si Mejía asume ese rol tiene que hacerlo en el contexto de una organización política, el Partido Revolucionario Dominicano (PRD), que es una entidad donde hay una Presidencia, una Secretaria General y una Secretaría de Organización, y que está en mano de lo que fue un adversario, añadió en referencia a Miguel Vargas Maldonado, quien preside esa institución.
Al respecto Pérez dijo que Mejía debe resolver ese tema, determinar cómo asumiría el rol de líder de la oposición del PRD ante el Gobierno que encabezará el licenciado Danilo Medina.
Al analizar el referido discurso, Pérez también destacó que el mismo produjo reacciones encontradas porque en sí no fue muy categórico, no muy explícito. Dijo que Mejía en el discurso tácitamente mandó a la oblación y en gran medida a su Partido a aceptar los resultados de las elecciones presidenciales y vice presidenciales del pasado domingo, ganadas por Danilo Medina y Margarita Cedeño de Fernández.
Pérez también consideró que Mejía esperó mucho para exponer su posición al respecto, la cual, dijo, fue un tanto así ambigua. Pérez atribuyó la tardanza en ese sentido a que Mejía no tenía todos los datos, todas las pruebas e informaciones para tomar una posición mucho más categórica con relación a los resultados de las elecciones del pasado domingo.
En su opinión, Mejía no pudo disponer de una serie de datos en los que pudiera sustentar una rebeldía civil, como pretendían algunos sectores.