POR JOSELIN RODRÍGUEZ
Su nombre es sinónimo del prestigio que engalana la televisión. Durante más de cuatro décadas de trabajo ininterrumpido se ha preocupado por hacer programas que aumenten los valores y el conocimiento del público que le sigue sea por la televisión o  la radio.

 Así es Socorro Castellanos, una mujer comprometida con la teleaudiencia y que se distingue por laborar en la pantalla chica con mucho  cariño y respeto.

Socorro considera que el uso de la tecnología es uno de los puntos neurálgicos en la televisión que se hace hoy día.  “Sería distinto y enriquecedor si realmente se utilizara la tecnología. No importa que seamos digitales si no hacemos una televisión más creativa, más dinámica. Aquí no hay mucha gente que haga programas en los que conjugue todos esos elementos. Éramos más creativos cuando teníamos menos”, opina.

  Señaló que la gran pregunta es si la televisión criolla ha avanzado en producción, en realización, en organización y en oportunidades para los jóvenes.

 Su parecer es que no, pues hay muchos programas que solamente son imitaciones y repeticiones de trabajos que se hicieron hace varias décadas.

“No sé si la creatividad está frenada en la nueva gente que pudiera hacer un trabajo lleno de energía y fuerza. No sé si es que no hay muchas oportunidades para que los jóvenes lleguen con un libreto diferente, que aporten cosas nuevas”.

  Sin ánimo beligerante o de criticar  la labor de los demás, calificó como muy lamentable que muchos dominicanos digan que no consumen los programas hechos en el país por la falta de creatividad.

También criticó la invasión y el posterior triunfo de la vulgaridad en la televisión dominicana.

 “Lo vulgar entró a los medios de comunicación de una manera insospechada y sorprendente. Ha habido casos que son altamente aplaudidos, como el que mejor diga o que más alto suene, no una mala palabra, sino una vulgaridad”.

  Para atrapar nuevamente a esa audiencia que a diario dice no ver programas locales, Socorro propuso recuperar la mística de trabajo, que los canales tengan su propio departamento de producción y  ofrezcan un contenido variado adecuado a todas las edades.

Lamentó que las telenovelas estén ocupando el tiempo de las personas que creen no hay otras opciones para disfrutar.

“¿Dónde está la renovación del trabajo? ¿Crees tú que imitando programas de otros países es que se va a atrapar la audiencia? La televisión era (antes) una plaza atractiva para que la gente pudiera hacer trabajos diferentes”.

El relevo

Con relación a los jóvenes que hacen televisión, la señora Castellanos  explicó que a pesar de que muchos de ellos están reportando desde la calle y haciendo otras labores, una gran parte se está enfocando hacia el cine y los documentales.

 Aunque señaló que hay programas que son muy buenos, opina que la televisión dominicana debía de estar en una mejor posición.

“No es divertido pensar que en un trabajo tan serio, tan comprometido como éste, te tengan que medir con una cinta la cintura y el busto. La belleza de la mujer y  la del hombre es atractiva en una pantalla de televisión o en cualquier sitio, pero no necesariamente tiene  que ser un recurso para sobresalir”.

El inicio

Socorro Castellanos tiene 42 años trabajando en la televisión de manera ininterrumpida. Inició  en 1966, al finalizar la guerra de abril. Desde un principio su interés fue realizar programas educativos y culturales.

“La televisión es mi vida. No es lo más importante, pero es lo que he hecho siempre. Tengo la satisfacción de haber creado una escuela en el renglón de hacer programas para las mujeres y para las familias”.  

  Uno de sus mayores placeres es entregarse en cuerpo y alma a la realización de un programa que tenga video, danza, contenido y todos los demás elementos que son inherentes a tan importante medio de comunicación.