Santiago.- La Sociedad Ecológica del Cibao (SOECI), condenó de manera enérgica la irresponsabilidad de las autoridades ante la gran existencia de estaciones de expendio de gas licuado de petróleo en espacios residenciales que, de acuerdo al organismo, hay quienes estiman que más del 80% de estos establecimientos no cumplen con los requisitos legales.

La entidad llamó la atención tanto de las  autoridades y la sociedad sobre la alta peligrosidad que representan las instalaciones de plantas de gas ilegales y sin ningún tipo de sistema de seguridad.

Dijo que esta acción evidencia la falta de criterio y de respeto por la vida y el medio ambiente de quienes tienen la responsabilidad de manejar un problema tan delicado En ese sentido, demandó del Presidente de la República, la creación de una comisión imparcial de alta solvencia técnica y moral para evaluar todas las plantas de gas y el desmantelamiento de todas las que no califiquen de acuerdo con lo establecido por la ley, sin privilegios, sin tomar en cuenta quienes son los propietarios o de quien es amigo.

Pidió a los sectores sensatos del país a aunar esfuerzos y voluntades, asumiendo un mayor nivel de compromiso social frente a las debilidades institucionales y la inobservancia de las leyes, para impedir que negociantes inescrupulosos continúen atentando contra la vida de ciudadanos/as, solo con el mezquino propósito de amasar riquezas.

 “Es como si los intereses mercuriales de los grupos empresariales fueran los que determinaran la instalación de las plantas de gas”, expresó la el organismo protector del medio ambiente en un comunicado. Dijo que con esa acción los dueños de esas plantas están violando “groseramente nuestro sistema legal y las normas existentes”.

“Es asombroso e inamisible la forma fácil como los empresarios del gas obtienen sin cumplir con los requisitos establecidos por la ley, arrojando como saldo nefasto la presencia de decenas de plantas en zonas altamente pobladas”, expresó la entidad en un documento.

La SOECI sostuvo que aquí no se respetan las distancias establecidas con respecto a los centros poblados (2,500 metros), cuyas poblaciones no solo son expuestas permanentemente al peligro, sino también a la contaminación continua producida por los escapes permanentes de gas, que dejan una secuela de malos olores y sustancias toxicas nocivas para la salud. Entiende que la voracidad y la complicidad es tan alta que las franjas ribereñas de los ríos son en muchos casos victimas de la ocupación.

“Hasta cuerpos de agua son sepultados para instalar plantas de gas”. La SOECI dijo que la explosión reciente de una planta de gas en Tamboril estremeció por completo la región del Cibao y dejo un saldo de una persona muerta, más de una veintena de heridos y cuantiosas pérdidas materiales, constituye una espeluznante muestra del poder destructivo al que nos exponen a diario.