Sofás, ideas para elegirlos

Sofás, ideas para elegirlos

Llegan tiempos de renovación. Las salas u otras estancias de la casa, como la habitación de invitados o el cuarto de los niños, necesitan un cambio. El sofá tiene tiempo de caducidad. Su uso constante destroza los muelles, la fibra de la que está compuesto y su estructura. Conocer a fondo cuál es el que mejor conviene a nuestras necesidades es sencillo.

Cuando hay niños en casa la elección del tejido y el color suele convertirse en un factor clave, pero esta circunstancia no debe cegarnos a la hora de detenernos en otros aspectos, sobre todo, hay que ser capaz de verlo integrado en el conjunto del mobiliario para que el resultado final no nos sorprenda.

Tener en cuenta el espacio disponible evitará que empequeñezcamos el salón con un elemento demasiado grande. Para conocer la superficie real que se tiene hay que tomar directamente las medidas del suelo teniendo en cuenta los rodapiés que embellecen la pared. Un método infalible para hacerse a la idea del volumen que ocupará es distribuir en la superficie elegida unas hojas de periódico, y sobre todo no olvidar nunca que el sofá también es altura, y su volumen no sólo incide sobre el suelo.

Asientos duros

Para que sea confortable por completo, el asiento debe de ser duro y la espalda blanda; la cadera no debe quedar más baja que las rodillas y los riñones deben de estar perfectamente recogidos para que la espalda permanezca recta y no se deslice hacia abajo.

Los reposabrazos del sofá deben de ser cómodos y permitir que el brazo se apoye a la altura del codo y no más bajos. En los espacios pequeños, se pueden adaptar con brazos desmontables. Aunque las últimas tendencias marcan brazos de distintas alturas favoreciendo las mezclas.

Los diseños ergonómicos en los que el confort es la máxima, permiten tener el respaldo reclinable.

El metal ha ido ganando espacio a la tradicional madera para los apoyos y adornos. Cada vez más, los nuevos diseños incluyen la posibilidad de incorporar módulos y así convertir los sofás en chaisselongues, y siempre constituyen un buen recurso cuando tenemos invitados en casa.

Hay que recordar que los sofás y sillones son para toda época, no variamos su tapicería como elegimos nuestro vestuario, dependiendo si es invierno o verano. Por ello, el mueble que elijamos debe de tener capacidad para permitir la transpiración de los tejidos como es el caso de las telas naturales y de la piel. Un relleno demasiado mullido, provoca a la larga que el sofá respire peor y se compriman los cojines.

Sofás-camas

No en todas las viviendas es posible tener un dormitorio de invitados, sin embargo, no hay que descartar la visita de amigos o familiares con los que queramos compartir el espacio, aún a costa de que se reduzca. Aquí es donde entran en juego los sofás-cama e incluso las novedades en amplios sillones. Las nuevas estructuras y refuerzos han permitido combinar comodidad y funcionalidad haciendo que cama y asiento sean cómodos por igual.

Aunque la sala de estar suele ser el lugar habitual para instalar uno, un pequeño rincón de lectura puede convertirse en un lugar perfecto para colocar un pequeño pero cómodo sofá.

El mercado ofrece entre su amplia gama de sofás algunos modelos reclinables o transformables en cama, tan útiles cuando el espacio es reducido y una buena opción para visitas ocasionales.

TAPIZADO

En salones pequeños los sofás grandes, de tonos lisos y colores oscuros le harán destacar. Si la habitación es de tonos claros y el sofá pequeño, los colores naturales como los crudos serán la mejor elección.

Los sofás grandes lucen con garantía los estampados donde la cretona inglesa o las flores son una buena opción ya que el tamaño del elemento los soporta, aunque los dibujos reduzcan aparentemente su tamaño.

Algunos tejidos se pueden lavar en casa, aunque para no correr riesgos la primera vez es más recomendable hacerlo en seco para evitar que encojan. Ante todo hay que leer bien en la etiqueta las características con la composición del tejido.

Las modernas tecnologías han diseñado tejidos que permiten que el agua resbale; si se derrama tanto líquido como sólido, la limpieza está asegurada en cuestión de segundos con tan sólo pasar un paño húmedo.

Si el sofá está tapizado en cuero hay que evitar exposiciones próximas a la ventana, donde la luz del sol lo decolore. La limpieza habitual puede hacerse pasando un paño humedecido con jabón infantil y agua, para después secarlo con un paño de algodón. Cada seis meses es recomendable aplicarle una crema hidratante con Ph neutro.

Las telas de esta temporada van desde el tweed, pasando por la pana o el terciopelo. Ganan los tejidos monocromáticos.

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