Sofía González
“El sonido de la flauta es el reflejo de mi alma”

Sofía González<BR><STRONG>“El sonido de la flauta es el reflejo de mi alma”</STRONG>

Por Luisa Blanco
Fotografías: Rubén Román
Maquillaje: Carolina Saladín

Una gran dosis de ternura, humildad y sencillez es lo que expresan sus ojos cuando nos habla de su pasión por la música y su vocación de flautista.

Vocación que descubrió cuando era apenas una niña que estudiaba en la Escuela Elemental de Música Elila Mena, donde seleccionó la flauta como instrumento musical y desde entonces ha sido su eterna compañera.

Sofía González ha hecho de su sueño una realidad: estudiar en Berklee College of Music en Boston, una de las instituciones más prestigiosa a nivel musical y por la que han pasado celebridades como Quince Jones, Michael Camilo y Juan Luis Guerra.

Su historia comienza cuando el 7 de junio de 2005 audiciona junto a cien candidatos más para la beca, patrocinada por la empresa Orange y el destacado artista Michael Camilo, y de la que resultó la única mujer ganadora de los cinco seleccionados que hoy día estudian en Berklee.

“Me enteré de esta beca por los anuncios en los periódicos, y yo quería probar a ver si tenía alguna oportunidad de ser seleccionada. Con el apoyo de mis padres grabé un CD y lo envíe a Berklee. Cuando me enteré que había sido escogida me sorprendí, pues no me imaginaba que entre tantos jóvenes talentos yo sería una de las escogidas”.

Entre risas recuerda que como Orange estaba patrocinando estas becas pensó que “a los que perdiéramos quizás nos regalaban un celular. Además sentía que me serviría de curriculum y por el simple hecho de conocer a Michael Camilo era motivo más que suficiente para sentirme feliz”.

Así de ingenua es Sofia, quien recientemente cursó el primer semestre en esta universidad, obteniendo excelentes calificaciones, y fue escogida para participar en el “Roads To you”, un tour que tiene como finalidad reunir jóvenes talentos de diferentes partes del mundo para que a través de la música se unan, así como también, viajar por el mundo, hacer conciertos comunitarios y en lugares prestigiosos.

Este tour es apoyado por el Rey de Jordania y su esposa, así como la Primera Dama de Estados Unidos, Laura Bush, para quienes tuvo la oportunidad de tocar.

Por su destacada participación en “Roads to you”, Sofía fue reconocida por el Congreso de los Estados Unidos, que junto a otros talentos, promovieron la paz por medio de la música en los museos, universidades, escuelas y hospitales.

Su familia es una fuente de amor, de soporte y de cuidado y son los responsables del éxito que ha obtenido Sofía en su carrera artística, quienes le han inculcado la fe en Dios y el amor a la música.

De su madre, Martha Hidalgo nos dice que siempre le apoya en todo lo que hace y está presente en todos los momentos de su vida.

A su padre, Tobías González, lo define como un ejemplo de trabajo y superación, que tiene la responsabilidad de costear los gastos de sus estudios que la beca no incluye.

Esta familia la complementa sus hermanos, Jorge Luis y Eliana que al igual que Sofía, son amantes de la música y las bellas artes. “No tengo palabras para describir todo el agradecimiento y mi amor por ellos, quienes han sido el soporte de mis días”.

Para Sofía lo más difícil de estar en Berklee College of Music ha sido adaptarse al país, al clima y estar lejos de su familia. “Uno trata con excelentes músicos y personas muy buenas, pero no es lo mismo estar fuera de casa, adaptarse al sistema de la universidad y el idioma, todo eso ha sido un cambio muy drástico en mi vida”.

Aunque no oculta la alegría cuando habla de sus compañeros de clases, a quienes define como su segunda familia. “Los cinco becados tenemos muy buena relación, nos vemos todos los días y nos ayudamos mutuamente, no solamente profesionalmente, sino también en lo personal”.

A la pregunta de que si alguna vez ha sentido la discriminación racial por ser latina, nos confiesa que trata de estar muy cerca de Dios y si alguien la menosprecia por el hecho de ser latina no le hace caso y simplemente reza por esa persona. “Gracias a Dios que he tenido una aceptación increíble de parte de las personas que yo he conocido. Me dio mucho gusto en el tour de haber compartido con personas de diversas cultura y religión”. 

De la República Dominicana les dice que es un país maravilloso, con un clima  excepcional, un país con gente cariñosa y hospitalaria. “Es el país de los mejores peloteros porque mayormente ésta es la referencia que tienen. Tuve la oportunidad de hablar de mi país a personas que no sabían donde estaba la República Dominicana. Les presenté en un DVD toda la zona turística del país y la gente se sorprendía por su belleza. En cuanto a la música, todo el mundo quiere y reconoce el trabajo de Michael Camilo y Juan Luis Guerra”. 

Del programa de clases señala que es muy estricto porque recibe docencia diario, y cada una hora le imparten materia distinta. “Me levanto a las siete de la mañana para poder prepararme para las clases que inician a las nueve. Los profesores son muy buenos y exigentes, cada día tenemos que dar lo máximo”.

Su pasión por la música va más allá del horario establecido, pues los fines de semana practica hasta bien entrada la madrugada. “Además, tengo tiempo para compartir con mis amigas o para estar con mis compañeros. Mis actividades más comunes son estudiar e ir a la iglesia, eso es lo más importante en mi vida, incluso allá yo vivo en una casa del “Opus Day” y eso me irradia mucha paz y guía espiritual que me ampara mucho”.

Aunque afirma que a veces se sentía presionada con tanto compromiso. “Cuando me sentía sola o confundida, visitaba el Santísimo o rezaba y decía Dios mío ilumíname, dime qué es lo que quieres que haga con todo esto, porque no puedo desperdiciar esta oportunidad, luego asumía mi responsabilidad con tranquilidad. Lo más grande es pensar en la consecuencia que se puede tener si las cosas no se hacen bien, por esto me encomiendo a Dios, me calmo y vuelvo a organizarme con toda la tarea del día. Cuando estudio flauta, siempre tengo a mi lado un crucifijo. Es muy importante encomendarse siempre a Dios y eso me ha ayudado bastante”.

De estar en Berklee lo que más le gusta es poder tener la oportunidad de aprender varios géneros musicales. “Es una escuela con millones de oportunidades, donde uno conoce personas de diferentes culturas y los profesores son excelentes, eso no tiene precio”.

Luego que termine sus estudios en esta universidad le gustaría regresar a su país y poder ayudar niños y jóvenes para que se motiven por la música. “Tengo mi puesto en la Orquesta Sinfónica Nacional, que para mí sería un agrado volver a trabajar en esta orquesta, pero al final Dios sabrá cuál será mi destino”.

Sofía confiesa que antes de tocar en un concierto, si su madre está le da la bendición y luego reza un Ave María. “Cuando estoy en escena me olvido de todo y trato de enfocarme en la música y dar lo mejor de mí”.

Además de música clásica le gustaría incursionar en otros géneros para ampliar sus conocimientos como son merengue, salsa, samba y música certa que proviene de Irlanda.

De la juventud de su país opina que hay muchos talentos con un inmenso deseo de superación. “Cuando estaba en la universidad admiraba el esfuerzo que hacían muchas personas para estudiar, que tenían que trasladarse desde diferentes pueblos hasta la capital, todo por obtener un título universitario; esto es una muestra del deseo de superación. En el Conservatorio pasaba lo mismo, vienen jóvenes de todas partes del país a estudiar”.

Aunque es muy joven, ya tiene planes para ayudar a incentivar la música. “Me gustaría hacer conciertos benéficos para ayudar a niños huérfanos, haría talleres para la juventud que le guste la música y tendría una fundación para ayudar a todos los jóvenes talentos”.

Recomienda que para lograr los objetivos propuestos nunca se debe perder la fe en Dios. “Los sueños se hacen realidad cuando trabajamos con ilusión y esperanza y entregarse por completo a Dios, porque todo lo demás llega por añadidura”.

Quiere ser directora de una orquesta y trabajar con la músico- terapia para ayudar a los enfermos. “Quiero aportar para que la juventud de mi país tenga la oportunidad de estudiar música”.

Luego de seis meses lejos de los suyos, Sofía pasa balance y confiesa que hoy es una mujer más fuerte, que agradece todas las bendiciones que ha recibido y sobre todo, de ver sus sueños de flauta convertidos en realidad.

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