Sofisma con tres repúblicas: ¿“indolente, esclava y servil”?

Sofisma con tres repúblicas: ¿“indolente, esclava y servil”?

El presidente del PLD acaba de recurrir a un nuevo sofisma al afirmar que durante los gobiernos de ese partido se crearon tres repúblicas, basándose en un PBI tres veces superior al de 1996, atribuyéndose el mérito del crecimiento natural de la economía, cuando en realidad bajo su gestión se observó un dinamismo menor al observado durante gobiernos precedentes.

Ciertamente el PBI se triplicó en 18 años transcurridos entre 1996-2014. Pero en los 18 años precedentes, 1978-1996, éste se incrementó cuatro veces, no tres, al pasar de US$4,734 millones a US$19,401.

Apenas le tomó a Balaguer 5.5 años para que el PBI duplicara entre 1991-1996. Una vez llegado el PLD al gobierno, duplicar el PBI le tomó 9.5 años; y durante los 8 años de hegemonía absoluta, 2008-2014 todavía no lo ha duplicado.

Introduciendo el efecto de la deuda pública se agrava la observación efectuada. El PLD recibió una deuda equivalente al 22% del PBI. Hoy es el 52% de los US$62,000 millones que dijo el Presidente del PLD constituía la producción nacional.

No hay razones para vanagloriarse de la gestión peledeísta, constituyendo la declaración de marras un sofisma que no justifica el alardeo exhibido.

Previamente la Presidenta de nuestra Cámara de Cuentas había declarado que la corrupción consumía lo suficiente para financiar otra república, susceptible de asociación con la declaración de marras; como también es susceptible de asociar a las tres repulsas consignadas en nuestro canto patrio: esclavo, indolente y servil.

En cierto modo la forma contemporánea de practicar la esclavitud es a través del endeudamiento que junto a la corrupción aludida por la presidenta de la Cámara de Cuentas constituyen expresiones del afán de lucro y falta de escrúpulos en el desempeño de funciones públicas; de tanta gravitación que motivó al papa Francisco a recordar, en su exhortación apostólica sobre sobre el Evangelio en el mundo actual, la idolatría expresada en el becerro de oro narrada en la historia sagrada.

La indolencia se manifiesta a través del dispendio y el derroche en el manejo de recursos públicos manifestada en burocracia hipertrofiada, subsidios improductivos y/o destinados a producir ganancias excesivas en especuladores económicos, despreocupación por la prioridad y calidad del gasto.

Y el servilismo a los poderes fácticos, nacionales y extranjeros, que impide que nos encaminemos hacia el ideal definido por Aristóteles de realización de justicia y consecución del Bien Común como fines supremo de la república.

Más que las tres repúblicas determinadas por el crecimiento del PBI; la preocupación de los dominicanos debería ser que esclavitud, indolencia y servilismo no retornen al quehacer gubernamental.

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