Soldados  cuidan a los líderes del  G20

<P>Soldados  cuidan a los líderes del  G20</P>

Miles de soldados de Corea del Sur, como estos, cuidan de manera celosa y estricta a los jefes de Estado que participan en la   cumbre económica de los principales países ricos y en desarrollo. Como es ya costumbre, las protestas no se han hecho esperar.

SEUL. AP.  Un fuerte sentimiento de pesimismo envolvió el inicio de una cumbre económica de los principales países ricos y en desarrollo el jueves, a la que arribaron los líderes mundiales profundamente divididos sobre sus políticas monetarias y comerciales.  

Fundado en 1999 y elevado a nivel de cumbre hace dos años, el Grupo de los 20 (G20, un foro que abarca a países desarrollados como Estados Unidos y Alemania, al igual que a gigantes emergentes como China y Brasil) se ha convertido en la pieza central de los esfuerzos gubernamentales para reactivar la economía global y evitar otro colapso financiero mundial como el ocurrido hace dos años.   Sin embargo, la búsqueda de coincidencias entre sus miembros ha sido difícil en las últimas semanas.  

Un fracaso de la Cumbre de Seúl tendría consecuencias graves. El riesgo es que los países procuren mantener sus divisas artificialmente bajas para darle a sus exportaciones una ventaja competitiva en los mercados mundiales y eso llevaría a una destructiva guerra comercial.  Además, los países se verían tentados a colocar aranceles a las importaciones, una repetición de las políticas que agravaron la Gran Depresión de la década de 1930.   Había grandes esperanzas de que el Grupo de los 20 sería un foro encaminado a diseñar una ruta para salir de la crisis financiera. Sin embargo, hasta ahora los países que lo integran no han podido acordar una agenda, ya ni se diga soluciones para los problemas que los dividen.  Algunos países, como por ejemplo Estados Unidos, creen que la prioridad máxima es presionar a China para que permita la reevaluación de su moneda frente a otras divisas. El presidente de Brasil, Luiz Inácio Lula da Silva, advirtió que el mundo iría a la bancarrota si los países ricos recortan su consumo.

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Las protestas

Varios centenares de personas convocadas por activistas surcoreanos e internacionales se enfrentaron ayer  a la Policía en Seúl, al comienzo de la cumbre de los líderes del G20, sin que se informara de detenciones. Miembros de organizaciones sindicales surcoreanas y estudiantes se unieron a activistas venidos de Europa, Japón, Estados Unidos, África y Latinoamérica para pedir a los líderes mundiales que «el pueblo deje de pagar por la crisis» y se escuchen sus demandas.

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