Soldados en barrios Venezuela

Soldados en barrios Venezuela

PETARE, VENEZUELA . AP. Soldados con cara de malos, rifle en mano, ordenan detenerse a un desvencijado Chevy Caprice en la entrada de esta barriada de las afueras de Caracas. Mientras le alumbran la cara, el conductor se baja del auto y coloca sus manos en el techo del vehículo, mientras los soldados lo registran en busca de drogas o armas. 

No le encuentran nada y el jefe de la unidad hace un gesto autorizándolo a seguir su rumbo hacia el interior del Petare, uno de los barrios más peligrosos de la capital venezolana, una ciudad estremecida por la violencia.   

Escenas como esta se repiten de día y de noche desde el lunes en decenas de retenes militares con los que el gobierno socialista trata de contener la violencia.    Los detractores del gobierno describen la iniciativa como una farsa política que puede derivar en abusos a los derechos humanos, sin tener el menor impacto en la delincuencia. Para muchos residentes de esos barrios, cansados de ser aterrorizados por pandillas armadas, la presencia de soldados en las calles es bien vista, reflejo de un gobierno fuerte.   

 “Hay que actuar con energía para que la gente sienta la fuerza del estado”, declaró Irving García, un hombre de 47 años que no tiene trabajo y que, como tantos otros caraqueños, ha experimentado la violencia en carne propia. Dice que recibió un balazo en el pecho durante un robo un restaurante. La bala le rompió el esternón, indicó.    Con unos 15,000 asesinatos por año, la tasa de homicidios de Venezuela es la quinta más alta del mundo, según estadísticas de las Naciones Unidas. Esa tasa se duplicó durante los 14 años de Hugo Chávez en el gobierno, en los que se combinaron un fácil acceso a las armas con un sistema judicial ineficiente, alimentado por una cultura de violencia en barrios como Petare, a partes del cual ni la policía se anima a entrar.

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