BEIRUT, (AP).- Desertores del régimen del presidente sirio Bashar Assad denunciaron haber recibido órdenes de disparar a los opositores antigubernamentales, incluso tras constatar que iban desarmados, dijo el sábado Human Rights Watch en un informe.

 Los comandantes les ordenaron disparar bajo el argumento de que las fuerzas de seguridad sirias estaban combatiendo a terroristas, agregaron algunos de los desertores citados por la organización activista con sede en Nueva York. Agregaron que si se negaban a obedecer las órdenes temían ser asesinados a disparos ellos mismos.

Uno dijo haber visto a un oficial militar matar a tiros a dos soldados por esa razón en la ciudad sureña de Daraa.

Las denuncias forman parte de un informe basado en entrevistas con ocho soldados y cuatro miembros de los organismos de seguridad, los cuales han descrito su participación en los tiroteos y la forma en que hirieron a decenas de manifestantes.

También describieron su participación en la detención arbitraria de cientos de personas.

El régimen de Assad ha utilizado una mezcla de violencia feroz y tentativas de promesas de reforma para tratar de someter un alzamiento popular de 16 semanas contra el régimen autoritario.

Los activistas dicen que 1.600 civiles y 350 elementos de seguridad han muerto en los cuatro meses de violencia. HRW dijo que los entrevistados participaron en la represión gubernamental en Daraa, donde se desencadenó el levantamiento, así como en el pueblo sureño de Izraa, la ciudad costera de Banias, la central ciudad de Homs, la ciudad noroccidental de Jisr al-Shughour, la provincia norteña de Alepo y la capital, Damasco. El grupo dijo que los desertores fueron entrevistados en Líbano, Jordania y Turquía.

 Todos los desertores señalaron que sus superiores les habían dicho que estaban luchando contra infiltrados, terroristas y musulmanes ultraconservadores conocidos como salafistas, dijo la organización. Los desertores dijeron que «se sorprendieron al encontrar a manifestantes desarmados» en lugar de tales amenazas de seguridad, pero que aún así recibieron la orden de abrir fuego contra ellos en varios casos.

 «El testimonio de estos desertores es una prueba más de que el asesinato de manifestantes no fue un accidente, sino el resultado de una política deliberada de parte de altos funcionarios de Siria de usar la fuerza letal para dispersar a los manifestantes», dijo Sarah Leah Whitson, directora de HRW para Medio Oriente.