Solidaridad

Solidaridad

MARTHA PEREZ
«Me celebro y me canto a mi mismo, y de lo que yo me apropie usted también se apropiará, pues cada átomo que me pertenece, también a usted pertenecerá». (Walt Whitmam). He aquí una esencia de la solidaridad; de esa respuesta oportuna que debemos  dar para adherirnos a la causa o empresa de otros, cuando nos necesitan; la solidaridad generalmente es circunstancial, pero la situación del mundo de hoy demanda de la solidaridad permanente. «Hoy por ti, mañana por mí». Los dominicanos -por naturaleza- somos amantes de la solidaridad; cuando nos ha correspondido adherirnos a la causa ajena, lo hemos hecho con un nivel de conciencia, desinterés, dedicación y entusiasmo; aunque vivamos en medio de calamidades que ocupen nuestra atención, siempre sacamos tiempo para tender una mano.

Un ejemplo de esta cualidad fue demostrado el pasado martes 11 en un supermercado cercano al sector donde resido; a la salida del establecimiento esperaban dos mujeres asiáticas, ataviadas con vestimenta original de su país, carteles en manos con un mensaje en su idioma y dos cajas tipo alcancía donde los clientes que salían de hacer sus compras depositaban las posibilidades de sus bolsillos.

Pudimos ver lágrimas en los ojos de aquellas mujeres,  cuya apariencia denotaba un nivel medio de clase social  y de pronto estaban convertidas en dos «pordioseras» que esperaban la limosna de los transeúntes. Sus sentimientos de verdadero patriotismo, el valor que le confieren a la vida humana y a la  solidaridad, las mantenía allí de pie pronunciando la misma frase en idiomas chino y/o español, en cada abrir y cerrar automático de una amplia puerta de cristal que le indicaba la cercanía  de su esperado público: «solidaridad con Asia….Gracias, mucha salud, buenas noches». Frases que no cesaban, porque todas las manos se posaban como aves en busca de alimentos sobre las cajas-alcancías. Y qué emocionadas y agradecidas se veían aquellas nobles damas cuando se acercaban niños a depositar monedas que pedían a los mayores que les acompañaban. Allí expresaron su solidaridad muchas personas; el valor de ese gesto de generosidad no está sólo en la cantidad de moneda depositada en las cajas ni en las veces que lo hicieran; el verdadero valor está en la comprensión de haberlo hecho porque con ello se ha dado muestra de que amamos, de que nos duele el dolor ajeno y de que lamentamos la tragedia ocurrida en Asia, a causa de los fenómeno natural, que en distintas manifestaciones e intensidad sorprenden a unos y a otros sin avisar. Una tragedia que ha originado daños incalculables  en los órdenes sociales, económicos, ambientales, que de pronto  han golpeado de frente el desarrollo de esos pueblos.

Paralelamente, aunque de características y dimensión distintas, nuestro país también sufre los embates de la naturaleza en las partes Norte y Nordeste donde se repiten escenas de gran preocupación para los habitantes de la región y para el resto del país, con los daños a la infraestructura vial, edificaciones, y a la agricultura y ganadería, ocasionando pérdidas de consideración. En este caso, también la solidaridad se hace necesaria y urgente; pero no bastaría con dos cajas-alcancías, porque la frecuencia  de los fenómenos naturales ocurridos en la región y sus consecuencias,  sobre todo los daños a la infraestructura vial, por la forma en que se producen, deben llamar significativamente la atención para dar seguimiento a  un proceso de investigación científico-técnica que permita identificar certeramente las causas por las que  de un tiempo a esta parte, ocurren este tipo de agrietamiento, deslizamiento y otros daños en esta región. Según opiniones  de algunos oriundos  del lugar, la manifestación de estos daños en la vía jamás la habían visto de esta forma, aunque reconocen que de lo que puedan causar  fenómenos naturales, nunca se sabe. Y esta gente que así opina, es de aquellos «viejos de antes» que eran capaces de ver la hora por la ubicación del sol y el reflejo (sombra) de algún objeto en la tierra. Lo que allí secuencialmente ha ocurrido es preocupación de muchos, a la vez que no deja de ser  tema para el entretenimiento de  otros; el asunto es para tomarlo muy en serio. Las autoridades locales y nacionales, desde las primeras consecuencias por  fenómenos naturales en el pasado reciente han expresado preocupación e interés y han ido dando respuestas a los asuntos prioritarios. Además de la atención económica y de la asistencia social a esta región, en el orden científico -técnico  es urgente; y la solidaridad en sentido general, porque aparte  de ser una zona productiva, es de los principales referentes  turísticos del país.

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