Solidaridad sin paternalismo

<P>Solidaridad sin paternalismo</P>

POR FERNANDO R. CASTRO
En la década de los noventa se ponen en marcha en América Latina los nuevos programas sociales conocidos como de transferencias monetarias condicionadas, los cuales apuntan a reducir la pobreza fomentando el capital humano en educación, salud y nutrición.

Estos programas se enmarcan dentro del nuevo enfoque de protección social que tiene el propósito de acrecentar el capital humano bajo la concepción de que las causas que generan y arraigan la pobreza se transfieren de  generación en generación. Al mismo tiempo que busca equilibrar la relación costo-efectividad de los programas y fortalecer los medios de evaluación con el auxilio de mecanismos que focalicen las iniciativas de protección social. Para el caso de nuestro país, a través del Sistema Único de Beneficiarios -SIUBEN-.

Son ejemplo de esta modalidad de programas sociales: Oportunidades en México, Chile Solidario en Chile, Bolsa Familia en Brasil y el programa SOLIDARIDAD en la República Dominicana.

Solidaridad, como programa de transferencia monetaria condicionada, se basa en un sistema de responsabilidades compartidas a través del cual el Gobierno Dominicano ofrece a las familias que viven en condición de pobreza extrema, además de una asistencia económica; servicios de salud y educación, capacitación en la áreas de prevención de enfermedades, nutrición, cuidado del medio ambiente y derechos y deberes ciudadanos; también las orienta para que se les facilite obtener la documentación legal que les permita participar con pleno derecho en la sociedad.

Por su parte las familias beneficiarias se comprometen a asistir a las actividades de capacitación que realice el programa; llevar a sus hijos menores de 5 años a los centros de salud a fin de garantizar su sano crecimiento y desarrollo; a inscribir y garantizar la asistencia a la escuela de sus niños y niñas con edades entre 6 y 16 años; así como gestionar los documentos de identidad a los miembros de la familia que no los tengan.

Los Objetivos de Desarrollo establecidos en la Cumbre del Milenio de la Organización de la Naciones Unidas (ONU) son un referente para que el Gobierno Dominicano lleve a cabo un conjunto de esfuerzos orientados a mejorar la calidad de vida de los más pobres. Como parte de estos esfuerzos Solidaridad, de manera particular, contribuye al cumplimiento de tres de estos objetivos: la erradicación de la pobreza extrema y el hambre, lograr la enseñanza primaria universal y reducir la mortalidad de los niños menores de 5 años.

Al día de hoy 215 mil 321 familias dominicanas participan como beneficiarias de Solidaridad, algo más de 800 mil personas que abarcan la totalidad de las familias en pobreza extrema y el 23% de las familias pobres del país. Estas familias reciben un aporte del gobierno que puede llegar a los 1,150 pesos mensuales, equivalentes a un 36% del salario mínimo promedio de las pequeñas empresas del país y a un 36.5% del costo del grupo de alimentos que consume una familia pobre.

Un 30% de los integrantes de las familias solidaridad, esto es, más de 230 mil personas son niños, niñas y adolescentes con edades entre 6 y 16 años que el programa promueve se matriculen y asistan continuamente a las escuelas públicas, con lo cual asume el gran reto de impulsar el logro de la enseñanza primaria universal para el año 2015.

Otro importante aporte de Solidaridad lo constituye su contribución con el objetivo de reducir la mortalidad de los niños menores de 5 años, incentivando que más de 100 mil niños y niñas de estas edades miembros de las familias beneficiarias sean llevados a un centro de salud para acciones de prevención y detección temprana de problemas de salud.

El programa Solidaridad es una iniciativa del gobierno del doctor Leonel Fernández, derivada del establecimiento de una nueva política social fundamentada en una estrategia de salida de la pobreza.

 El autor es Director del Programa Solidaridad.

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