Solo 23 de 52 familias sacadas de Valle Nuevo tienen tierras

Solo 23 de  52  familias sacadas de Valle Nuevo tienen tierras

Constanza, La Vega

A casi dos meses de haber sido trasladados a pequeños agricultores fuera del Parque Nacional Valle Nuevo, persisten las quejas por la falta de tierra para cultivar. De 52 familias desalojadas, solo 23 cuentan con un pequeño predio para la siembra.
Asimismo está pendiente la falta de apoyo del Ministerio de Agricultura que les prometió insumos.
Otras de las promesas incumplidas son un huerto y proyectos para las mujeres, así como nombrar algunos como brigadistas para la reforestación.
En tanto ante la renuncia de Francisco Domínguez Brito frente al Ministerio de Medio Ambiente, los campesino temen que la nueva autoridad no tenga el mismo interés de darle continuidad al proyecto que aún está inconcluso.
Los agricultores dicen sentirse bien en las casas construidas para ellos en el proyecto Villa Poppy porque cuentan con mejores condiciones en las que vivían pero insisten en que requieren medios de sustento, pues llevan casi dos años sin producir a raíz de que en septiembre del 2016 se ordenó el cese de las actividades agrícolas y ganaderas en el área protegida, lo que culminó con el desalojo de las 53 familias que, según Medio Ambiente, eran las únicas que habitaban allí de los 409 productores. El resto residía en otros lugares y solo cultivaba.
Arañando. De los 23 agricultores beneficiados, algunos han comenzado a sembrar papa, zanahoria y repollo en asociaciones con otros o con recursos que han tenido que diligenciar por cuenta propia. A cada familia se le entregó cuatro tareas.
Algunos de ellos narraron a HOY que antes de salir del parque representantes de Agricultura les habían prometido semillas y otros componentes para que puedan producir. Sin embargo, luego de mudarse a mediados de marzo no han acudido por allá.
“Estamos haciendo esto con nuestros esfuerzos. Agricultura vino antes pero no ha vuelto. Tenemos casi dos años sin ninguna producción pero tratamos de arrancar”, expresó Manuel Rosario, unos de los agricultores desalojados de El Castillo.
Un poco más conforme está Leónidas Aquino. “Estamos más cómodos y tenemos un chin de tierra, tenemos esperanza porque empezamos a sembrar”.
Mientras que Ramón Frías se encuentra en el grupo de 29 campesinos que no recibió tierras y no tiene medios de sustento para su familia. Tampoco recibe la tarjeta de ayuda social del Gobierno como muchos de sus vecinos. A diario tiene que salir a aventurar para ver qué puede conseguir “echando días” a 350 pesos que no son suficientes, pues solo en combustible para su motor tiene que gastar 100 para trasladar a su hija a la escuela y hacer diligencias.
Señala que hay terrenos disponibles pero que no ha habido interés de entregarlos. Tampoco en designarlos como brigadistas de Medio Ambiente con un sueldo RD$10,000 para la reforestación del parque. “Traen a uno aquí y sálvense como uno pueda”, dijo.
Igualmente se expresa Francisco Rosario Jiménez, quien se siente frustrado por no poder trabajar la agricultura como siempre lo ha hecho. “Me hallo mal porque no tengo dónde sembrar una mata hasta que me den un pedacito de tierra”, expresó sentado al frente de su casa mientras observaba un vecino preparar su predio.
Marianela Pérez, presidenta de la junta de vecinos, dijo que hace dos semanas las autoridades anunciaron que acudirían a la zona para ubicar unos terrenos y posesionar a los campesinos.
“El Estado tiene mucha tierra y tienen cómo reubicar pero la poca devoción quitan las ganas de rezar”, expresó.
Con relación a la salida de Domínguez Brito de Medio Ambiente, señala que sus esperanzas se desvanecen más aún porque si él no pudo completar la iniciativa, el ministro que llegue menos interés tendrá.
Igual preocupación es del agricultor Jeinny Tejeda, quien sí tiene tierra pero no casa y cree que otro ministro no se interesará por darle continuidad. Mientras que Francis Aquino pidió que se inicien los proyectos de criar conejos, huertos y frutales con mujeres y del que nada se ha iniciado.
En torno a las quejas el administrador del parque, Julio César de los Santos, indicó que se hacen algunas gestiones para conseguir más tierra y asignarlas.
Explicó que hubo personas que obtuvieron casa y tierra a la vez cuando solo le tocaba una de las dos. Dijo que siempre habrá quejas.
La vecindad. En tanto se mantienen los servicios de agua potable, energía eléctrica y sanitarios con los cuales no contaban los campesinos en el área protegida.
Sandra Tejeda, quien reside junto a sus tres hijos y esposo, afirma que no llegaron las lavadoras y televisores que prometieron las autoridades. En cuanto al cambio de vida, reconoce que ha sido muy positivo.
En términos similares coinciden Francia Díaz y Luis Emilio Díaz con la queja de que no cuentan con recursos para sembrar.

Un detalle a destacar es que con solo un mes y medio residiendo allí, ya algunas aceras están rotas.

Reforestación inconclusa. Las autoridades no han continuado con la reforestación de las antiguas zonas agrícolas y que ahora son ocupada por malezas.
Tal situación se pudo comprobar en el antiguo poblado El Castillo y otras zonas, donde antes se cultivaba, que son tomadas por yerbas en lugar de las especies maderables como se inició en algunos puntos y que ahora se ha detenido.

Que sea una política de Estado
El Consejo Ambiental de Constanza pidió que la recuperación de Valle Nuevo, así como otras zonas productoras de agua de ese municipio, se convierta en política de Estado.
A nombre de la entidad, Johnny Marte apuntó que Valle Nuevo es un patrimonio nacional, al entender que Domínguez Brito hizo que se cumpliera lo que establecen la Constitución y las leyes en cuanto a las áreas protegidas.
“Cualquiera que venga tiene que ceñirse a lo que dicen la Constitución y las leyes en materia de protección ambiental”, expresó al recordar que en el caso de Valle Nuevo quedan pendientes por desalojar algunos focos en la parte de San José de Ocoa y Azua.
“Las áreas protegidas son un patrimonio del país, no para un grupo en particular, para mantener la producción de agua y la biodiversidad”, sostuvo.
Dijo que esto se hace más imperioso en momentos como los actuales que el agua escasea, al destacar los proyectos de reforestación en las cuencas de la zona Sur que inició el presidente Danilo Medina.
“Lo que está haciendo el presidente Medina en la zona Sur para aumentar los bosques no puede cambiar en la Madre de las Aguas, los programas de recuperación de cuencas deben mantenerse”.
Asimismo planteó que en el plan de recuperación del río Yaque del Norte sean integrados los municipios de Jarabacoa y Constanza, donde nace ese afluente afectado por la quema, la tumba, los desechos sólidos y los pesticidas.

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