Sólo de pensarlo, aterra

Sólo de pensarlo, aterra

Si lo que acabo de escuchar de labios del Director de Prisiones es cierto – y no tengo por qué dudarlo – creo que debemos anticiparnos con suficiente tiempo y, como ciudadanos, adoptar medidas de protección individual.

Ha dicho en días recientes el general Manuel de Jesús Pérez Sánchez que 27 mil dominicanos guardan prisión en cárceles de Estados Unidos, Europa, Centro y Sur América, por crímenes y delitos cometidos en esas tierras.

Ninguna nación del mundo está obligada a permitir en su territorio a gente que ha delinquido, que ha transgredido sus leyes.

Quiere esto decir que esa gente, esos malos compatriotas, serán indefectiblemente devueltos al país, tras cumplir las penas impuestas.

Quizás cometa yo el pecado de pronosticar las conductas que exhibirán esos criollos, una vez puestos de regreso a su patria. Pero la experiencia indica que la regeneración de un reo no es tarea fácil, sobretodo cuando la sanción obedece a un acto criminal o violación federal.

Gente que se ha enrolado en bandas criminales, que ha sido entrenada o reclutada para actuar contra la ley, difícilmente abandona sus malos hábitos, como tampoco renuncia a la buena vida, fruto de inconductas.

En España, para citar un caso, bandas juveniles compuestas especialmente por dominicanos de origen, mantienen en zozobra a la población.

En territorio norteamericano, son numerosos los grupos de dominicanos que participan en acciones reñidas con las leyes y las normas de buen ciudadano.

Si a los índices de criminalidad de hoy le añadimos en el futuro ingredientes de intranquilidad mayores, debemos prepararnos.

Sólo de pensar que nos vendrán momentos angustiosos, aterra y desconcierta.

Quisiera equivocarme, y que esos que ahora aguardan por su libertad, retornen a la patria arrepentidos de sus malos actos.

Sólo en eso confío, para tranquilidad de todos.

Publicaciones Relacionadas

Más leídas