“Solo el PRD derrota al PRD”, frase lapidaria del Dr. José Francisco Peña Gómez, que cual profecía autorealizada, se repitió en innúmeras ocasiones, hasta que finalmente el PRD parió al PRM y se quedó más pequeño; pues bien, el Partido de Liberación Dominicana se encuentra en una coyuntura histórica en la cual si la unidad no se preserva va a ser harto difícil conservar el poder más allá de 2020, al margen de lo fraccionada y débil que aparenta la oposición en estos momentos.
Las dos administraciones del PLD, la del Dr. Leonel Fernández y la del Lic. Danilo Medina, han sido extraordinarias, han preservado el crecimiento con estabilidad, han fortalecido la confianza de los agentes económicos, del 2004 a 2016 el PIB se ha elevado de US$23.186.6 miles de millones a US$71,654.0 miles de millones. La pobreza y el desempleo se han disminuido a niveles inferiores a la crisis de 2003 y solo en el cuatrienio anterior el gobierno del Presidente Danilo Medina superó la meta de crear 400 mil empleos.
Ese crecimiento con estabilidad permitió al país convertirse en el mayor receptor de Inversión Extranjera Directa en el Caribe y Centroamérica, el mayor exportador de zonas francas y la cuarta potencia turística de la región, acercándose a la meta en este periodo de los diez millones de turistas.
El país ha sido sembrado de una infraestructura vial envidiable en la región, el actual gobierno ha construido más escuelas que todas las administraciones anteriores, disponemos de un Metro, túneles, elevados, próximamente un funicular; se están construyendo más de 60 mil habitaciones gracias a la Ley de Desarrollo Hipotecario y Fideicomiso, financiamiento como nunca en la historia al sector agropecuario, aumento sostenido del gasto social, eliminación del analfabetismo, tanda extendida y todo ello con la presión tributaria más baja de la región con excepción de Guatemala.
Es cierto que los escándalos de corrupción han cercado al gobierno y el partido, sin embargo ambos mantienen altas cotas de popularidad porque la población sabe que la corrupción es un mal ancestral, es un cáncer que ha hecho metástasis a todos los niveles de la sociedad y sabe que la oposición cuando ha estado en el gobierno también fue permisiva.
A pesar de esa situación, ningún gobierno ha hecho tanto como el PLD en materia de transparencia y de leyes. En el gobierno del Dr. Leonel Fernández se aprobó la Reforma de la Administración Fiscal con un conjunto de leyes dirigidas a hacer más transparente y eficiente el gasto público, mientras el gobierno del Lic. Danilo Medina las ha implementado con una mejor ejecución presupuestaria, la cuenta única del tesoro, las licitaciones, los sorteos y la inclusión de las mipymes en el porcentaje de las compras gubernamentales.
Obviamente hay una sociedad más empoderada con el tema de la corrupción y la impunidad, pero también hay una “sociedad civil”, apéndice de la oposición, que ha aprovechado esas ansias legítimas para “colarse” y tratar de “colar” una oposición, especialmente un partido, que tiene un fardo de responsabilidad porque cuando dominaron todos los poderes del Estado no hicieron nada para enfrentar la corrupción y alimentaron la impunidad. Evidentemente que el gobierno y el partido tienen un reto, pues dependiendo del manejo de tantos expedientes de corrupción podrán mantener las simpatías y la legitimidad con miras al 2020.
En este momento difícil, para el gobierno y el partido, lo peor es que pueda agrietarse aún más la unidad del PLD y que comiencen a aflorar los apetitos individuales y las candidaturas a destiempo.

El PLD y sus dos principales líderes tienen una gran responsabilidad frente al país de no permitir que la ruptura de la unidad interna abra el paso a una oposición que nunca supo gobernar en el pasado y que 16 años de crecimiento con estabilidad, paz social, inversión y reducción de la pobreza den paso al caos y la crisis económica que se lleve de encuentro los extraordinarios logros de cuatro periodos.