Sólo el PRD derrota al PRD

Sólo el PRD derrota al PRD

DONALD GUERRERO MARTÍNEZ
La frase del título se le atribuye a José Francisco Peña Gómez. Otra frase favorita en ese partido es la de que «el PRD unido jamás será vencido.» Son frases ciertas, las repiten una y otra vez, y ahí las dejan, como si la vocación perredeísta para dividirse fuera irresistible. El germen divisionista quedó incubado en el Pe-erredé al momento de ser concebido. Son de dominio público las desavenencias y diferencias habidas entre los dominicanos exiliados que lo fundaron en 1939 en Cuba. Juan Bosch se sobre puso a ellas, y a todos, y emergió como líder único. Lo fue hasta 1973.

La vuelta al país, en julio de 1961, de los dirigentes perredeístas Angel Miolán, Nicolás Silfa y Ramón Castillo, comisionados para iniciar las labores del partido aquí, desató los entusiasmos populares. Fueron vistos como la esperanza para «acabar de acabar» con cuanto oliera o fuera trujillismo. El germen divisionista vivía. A medida que otros núcleos políticos llegaban y comenzaban a actuar, quedaron trazados los caminos de nos y otros. En diciembre 1962 se celebran elecciones, las primeras democráticas desde 1924, que fueron ganadas limpiamente por el Pe-erredé y su candidato Juan Bosch. Un episodio revelador de las diferencias y desavenencias perredeístas había sido la destitución de Buenaventura Feliz como candidato presidencial momentos después de elegido tan limpiamente como lo fue Bosch. La posición fue ocupada por Segundo Armando Tamayo, médico recientemente fallecido. Bosch, juramentado presidente el 27 de Febrero de 1963, fue depuesto por un incruento golpe militar en septiembre siguiente. Gobernó, pues sólo durante siete meses. Considerado el ambiente de ruda hostilidad y de odios viscerales acumulados y esparcidos en todo el país por los adversarios y los «adversarios», más contra Bosch que contra el Pe-erredé, algún día se conocerá por qué fue incruenta la acción militar que lo depuso.

Pero bien, como suele decir Hatuey de Camps. El líder blanco se mantuvo en la presidencia del partido hasta 1973. Surgidas allí, otra vez, nuevas versiones de las diferencias y desavenencias perredeista, Bosch lo abandonó, algunos de sus parciales también, y fundó el Partido de la Liberación Dominicana. En su caso, pues, ayudó a fundar, y lideró, un partido ganador del poder en el primer intento, y luego fundó, y lideró, el único partido en la historia nacional, triunfador con el mismo candidato en dos comicios, sin reelección de por medio.

Pienso, con expresiones de respeto para los conocedores a fondo de la situación, que hay hilos no tocados en el análisis de la salida de Bosch del Pe-erredé. No es ocioso anotar, empero, que el partido del jacho pudo alcanzar el Poder, desde 1963, cuando ya Bosch no estaba en sus filas ni en la boleta electoral blanca.

Ganador el Pe-erredé de las elecciones 1978, luego de doce años de mandato balaguerista, no se dio en el partido su «clásica» división. Pero debe decirse que el Presidente Antonio Guzmán estableció distancias con los perredeístas. Funcionarios principales de su gabinete no fueron «compañeros». Siempre habló de «mi gobierno». Dícese que para José Francisco Peña Gómez las puertas del Palacio estaban prácticamente cerradas.

El Pe-erredé ganó nuevamente las elecciones, 1982. El presidente del período, Salvador Jorge Blanco, de ingrata recordación para el país, usó el poder para motorizar la división que le abrió al Presidente Joaquín Balaguer la brecha para volver a sentarse en la silla «de alfileres» por diez años más. Así, gracias a Jorge Blanco, pudo completar veintidós de mandato gubernamental. Presidente, Jorge Blanco torpedeó la candidatura de Jacobo Majluta, para reafirmar la vocación divisionista del partido. Poco después de finalizado su mandato se vio sometido a la Justicia por malversación de fondos, y condenado a prisión. Alguna vez declaró que esa acción había sido un error. Pero -nunca falta ese bendito- ya la humillación a Jorge Blanco estaba consumada.

Ultima de este recuento de «clásica» división perredeísta se tiene ahora. Concebida, fomentada, patrocinada y realizada por el pepehachismo oficial de pretendida reelección fracasada. No hay bola de cristal para la solución, pero será solucionada. Decía Bosch en los días de abril 1965, que en el conflicto, si no había acuerdo había solución.» La división perredeista de estos días mostró la inconsistencia de siete dirigentes perredeístas, precandidatos para disputar la candidatura presidencial al entonces Presidente y terciar en las elecciones de mayo pasado contra Leonel Fernández. No sólo aquellos siete sino los ocho, aunque en diferentes sentidos, resultaron algo de ruido y nada de nueces. Fernández los derrotó sin la más mínima duda.

El ex presidente inmediato retozó con sus siete compañeros precandidatos, y quedaron envueltos en las nebulosas del pepehachismo.

Por ahora lucen «inorgánicos».

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