Solo el pueblo cargará el paquetazo

Solo el pueblo cargará el paquetazo

Cuando en un hogar se producen dificultades económicas, lo más probable es que el padre, la madre o ambos a la vez, sobre todo si tienen hijos, tomen medidas especiales para hacerle frente a la situación que enfrentan. Si son previsores, reprograman su presupuesto y hacen los recortes necesarios en los gastos ordinarios, eliminando todo aquello que no sea esencial, incluyendo las cosas que se habían convertido en cotidianas.

Si se produjo porque sus ingresos disminuyeron,  mientras encuentran alguna fórmula alternativa, si alguno de los hijos está en edad de compartir los estudios con  trabajo, a buscarlo; pero mientras tanto, adiós meriendas especiales, cines, restaurantes, paseos, regalos, fiestas, etc. A apretarse los cinturones, comenzando por los padres, como forma de enviarles  mensajes claros y precisos a los hijos.

Cuando la situación se pone crítica  porque ese hogar gasta mucho en viajes, ropa lujosa,  remodelaciones y otras diversiones, de alguna forma tratarán de  determinar cuales son las cosas a eliminar o disminuir, y además, quienes son que más gastan, para hacerlos comprender la necesidad de someterse a esa situación especial de precariedad.

Pero a los padres de ese hogar ni mucho menos a los hijos se les va a ocurrir pretender que quienes se aprieten los cinturones sean sus vecinos, o que quienes dejen de ir a los restaurantes, cines y se limiten de algún tipo de distracción sean sus familiares cercanos o lejanos. Es más, si el padre, la madre o alguno de los hijos van donde los vecinos, abuelos o algún familiar a pedir ayuda, de seguro les sacarán en cara la vida de gastos innecesarios que llevan.

Pero como al parecer el gobierno pretende continuar gastando más de lo que  dispone, quiere que  sean los vecinos y los familiares, que en este caso es el pueblo, quienes  carguen con su déficit, sobre todo con unas elecciones dentro de once meses.

Porque sabiendo que las finanzas no cuadraban, continuaron construyendo, gastando, ofreciendo y nombrando más de lo debido, y ahora quieren que el pueblo entienda su situación, y pero aún,  que callada y sumisamente acepten su aprobado paquete fiscal.

El gobierno debió hacer lo mismo que hacen los hogares previsores, ajustándose a la realidad, pues  la mayoría de los dominicanos no tenemos la culpa de que las finanzas públicas no cuadren, ni mucho menos, que no hayan comprendido la necesidad de  disminuir sus gastos, a pesar de que en muchísimas ocasiones se les  advirtió, pero  se creyeron    su propio slogans  de que e’ palante que vamos.

Todavía a estas alturas el gobierno no ha dado muestras palpables de austeridad, abandonando cosas no prioritarias, ni  dejando sin efecto los nombramientos  realizados desde que se inició la campaña  para controlar Congreso y Ayuntamientos, como  tampoco  eliminando  propagandas innecesarias.

Algunos estrategas oficialistas  calculan  que de aquí a mayo todo se olvida, pero una cosa piensan ellos y otra el pueblo que cargará con el paquetazo. 

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