Parecería una utopía, un absurdo y quizás una incongruencia, que Hipólito Mejía después de haber lanzado oficialmente su precandidatura presidencial por el PRM, regrese al Partido Revolucionario Dominicano para salvarlo de su liquidación total, con lo cual se reivindicaría frente al extinto líder Dr. José Francisco Peña Gómez.
Tal posibilidad, añorada y anhelada por los perredeístas que decidieron permanecer en esa otrora, gloriosa y legendaria entidad, podría verse como una especie de quimera, sueño, ilusión, fantasía, pero en política nada es descartable porque como se dice los políticos son hijos de las circunstancias.
Compartimos plenamente la tesis de Guido Gómez Mazara de que 79 años de historia no se pueden perder por la falta de visión, ambición, desEn las presentes y futuras condiciones ese PRD convertido hoy en la más mínima expresión está llamado a desaparecer e intransigencia de todos los que de una u otra manera son responsables de este crimen.
El actual presidente del PRD, Ing. Miguel Vargas Maldonado, lo ha tenido todo en la vida: fortuna, fama, cargos públicos de alto relieve, candidatura presidencial, placeres, una buena familia y esposa, pero de nada le valdría todo eso si ante la historia aparece como el sepulturero de la organización más emblemática del país, el PRD.
En las presentes y futuras condiciones ese PRD convertido hoy en la más mínima expresión está llamado a desaparecer y solo Hipólito Mejía está en capacidad de rescatarlo con el concurso del propio Miguel Vargas, Guido, y demás dirigentes que decidan mantener encendida la llama del jacho prendío.
Ojalá que el saludo de Hipólito y Miguel en la reunión del PARLACEN sea el inicio de la salvación del PRD.